Un evento inesperado ha dejado a los aficionados del Madrid Open al borde de la frustración. Tras un corte total de energía que afectó al país entero, incluida la Caja Mágica, las puertas de este icónico recinto se han convertido en el epicentro de una oleada de reclamaciones. Aunque la red eléctrica española recuperó su capacidad completa poco después, muchos seguidores expresaron su insatisfacción por no recibir respuestas adecuadas sobre los partidos cancelados ni soluciones claras respecto a sus entradas adquiridas previamente. Entre las quejas más recurrentes está la falta de comunicación desde la organización, mientras algunos usuarios denuncian haber enviado correos sin obtener respuesta.

El lunes fue testigo de una escena surrealista cuando el apagón provocó caos en el Madrid Open. La jornada deportiva tuvo que ser reprogramada con urgencia, lo que generó molestias entre los asistentes, quienes esperaban poder disfrutar de los partidos para los cuales ya habían pagado. En medio de esta situación, un representante del torneo salió a calmar los ánimos asegurando que las decisiones pertinentes se comunicarían oportunamente. Finalmente, durante la tarde, se anunció un reembolso completo de las entradas afectadas.

A pesar de la indignación generalizada, el ambiente mantuvo un tono respetuoso. Testimonios de seguridad indican que hubo momentos de tensión, especialmente cuando algunos aficionados resistieron abandonar las instalaciones durante el apagón. Sin embargo, estos incidentes fueron mínimos comparados con la atmósfera creativa que emergió en la cancha Santana. Allí, los espectadores desafiaron el calor con cánticos populares y hasta improvisaciones musicales, creando un ambiente casi festivo en medio del desorden.

Una imagen aún más inusual surgió cuando la flota oficial de vehículos eléctricos colapsó debido a la imposibilidad de cargar baterías. Este hecho llevó a varios tenistas, como Daria Kasatkina, a emprender caminatas largas hacia sus hoteles. Algunos equipos decidieron agruparse para enfrentar juntos este desafío, dando lugar a escenas memorables capturadas en redes sociales.

Conforme retornaba la luz a Madrid, el silencio reemplazó al caos, pero las emociones seguían vivas. Los días siguientes prometen mantener el debate abierto sobre cómo manejar situaciones excepcionales en eventos de gran magnitud. Para muchos, esta experiencia será recordada tanto por su carácter extraordinario como por la solidaridad mostrada en medio de la adversidad.