Un incidente aéreo de gran magnitud tuvo lugar anoche en la capital estadounidense, dejando un saldo potencialmente trágico. Un avión comercial con más de medio centenar de pasajeros y tripulantes colisionó con un helicóptero militar durante el intento de aterrizaje. Las dos aeronaves cayeron al río Potomac, donde las temperaturas del agua se encuentran por debajo del punto de congelación. Cientos de rescatistas trabajan incansablemente para encontrar supervivientes, mientras que las autoridades evalúan la posibilidad de que no haya sobrevivientes.
El drama comenzó cuando el vuelo procedente de Kansas intentaba tocar tierra en uno de los aeropuertos más emblemáticos de la ciudad. Según testigos presenciales, poco antes de las nueve de la noche, una aeronave civil y un vehículo aéreo militar chocaron en pleno vuelo. El impacto fue tal que ambas máquinas voladoras perdieron el control y precipitándose hacia las gélidas aguas del caudaloso río que atraviesa la capital. Los escombros de ambos vehículos fueron arrastrados por la corriente, dificultando aún más las labores de rescate.
En el momento del accidente, tres oficiales militares se encontraban a bordo del helicóptero, mientras que el avión transportaba a 64 personas. La temperatura del agua, apenas dos grados bajo cero, representa un desafío adicional para los equipos de emergencia. Más de 300 profesionales especializados en salvamento participan activamente en la operación, luchando contra el tiempo y las condiciones climáticas adversas. Las autoridades locales han movilizado todos los recursos disponibles para maximizar las posibilidades de encontrar supervivientes.
Las perspectivas son sombrías. Un político destacado de Kansas ha expresado su temor de que no haya sobrevivientes debido a la gravedad del choque y las condiciones extremas del entorno acuático. Sin embargo, hasta que no se complete la búsqueda, las autoridades mantienen la esperanza de hallar personas con vida. Este trágico evento ha conmocionado a toda la nación y pone de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de transporte aéreo, incluso en uno de los países más desarrollados del mundo.