Tras dos años de emisión, la serie televisiva "La Moderna" se despide con un capítulo final que rinde homenaje tanto a sus creadores como a su público. Ambientada en Madrid durante los años 30, esta producción de Boomerang TV logró captar la atención del público con su mezcla de drama y elegancia, retratando la vida cotidiana en un salón de té cercano a la Puerta del Sol. A pesar de haber conseguido crecer en audiencia en uno de los horarios más complicados de la televisión, cambios en la dirección de RTVE llevaron a la cancelación de la serie, dejando a sus seguidores con un sabor agridulce. Este artículo explora las razones detrás de esta decisión y cómo el equipo creativo enfrentó este desenlace.
En un giro inesperado, la nueva administración de RTVE decidió modificar el formato de programación vespertina, que hasta entonces incluía tres series diarias. Esta estrategia inicialmente había permitido a "La Moderna" destacarse junto a otras producciones nacionales. Sin embargo, la cadena pública consideró que no podía prescindir de una ventana al acontecer actual ni del entretenimiento en directo. Como resultado, se optó por mantener "Valle Salvaje" y "La Promesa", ambas producidas por la misma compañía, mientras que "La Moderna" fue sacrificada debido a su mayor costo de producción.
Los creadores Humberto Miró y Luis Santamaría, conscientes de la importancia de la serie para el público, decidieron darle un digno final. Durante semanas intensas, los espectadores vivieron momentos dramáticos con la despedida de personajes queridos y el desarrollo de tramas finales. El capítulo conclusivo prometía emociones hasta el último minuto, cerrando historias pendientes y ofreciendo sorpresas inesperadas. La serie no solo reflejó una época histórica fascinante sino también abordó temas sociales relevantes, conectando profundamente con su audiencia.
Aunque la noticia del cierre fue dura para el equipo, quienes ya estaban preavisados, el impacto fue especialmente significativo para los seguidores. "La Moderna" se convirtió en parte de la rutina diaria de muchas familias, creando vínculos intergeneracionales frente al televisor. Los creadores subrayan que escribieron un final pensando en esos espectadores que cada tarde encontraban en la serie un espacio de escape y reflexión. En palabras de Miró, "los espectadores se acordarán de ese grupo de gente, de ese café".
Este adiós marca el fin de una era para "La Moderna", pero también celebra su legado. La serie demostró que es posible crear contenido de calidad que resuene con el público, incluso en tiempos de cambio y desafíos en la industria televisiva. Mientras RTVE ajusta su modelo de programación, queda claro que las series diarias siguen siendo un elemento valioso que une generaciones y ofrece un momento de conexión en medio del ajetreo cotidiano.