En una atmósfera serena, Novak Djokovic hizo acto de presencia en la sala de prensa de la Caja Mágica tras caer derrotado frente a Matteo Arnaldi en su debut en el Masters 1.000 español. A pocos días de cumplir 38 años, el tenista serbio no descartó que esta podría haber sido su última participación en este torneo. Durante su intervención ante los periodistas, dejó entrever reflexiones profundas sobre su presente y futuro profesional, aceptando una nueva etapa en su carrera. Reconoció que ya no se siente un favorito en Roland Garros y admitió que vive una realidad distinta a la que ha marcado su trayectoria durante décadas.
Djokovic compartió sus pensamientos acerca de la reciente derrota, señalando que aunque las sensaciones no son las ideales, disfrutó más del torneo que en otras competiciones previas como Montecarlo. Reconoce que su nivel aún no está donde aspiraría, pero destaca que enfrentarse a rivales superiores es parte del proceso. Esta derrota forma parte de una tendencia preocupante para él, al experimentar eliminaciones tempranas en varios torneos en los últimos meses.
El ex número uno mundial expresó que ahora su meta principal es brillar en los Grand Slams, reconociendo que estos eventos siguen siendo prioritarios en su calendario. Su enfoque se centra en adaptarse a nuevas circunstancias físicas y mentales, mientras acepta que la presión sigue siendo un componente inherente en cada partido.
Además, Djokovic mencionó que su participación futura en Madrid es incierta, abriendo la posibilidad de que esta edición haya sido su última aparición oficial en el torneo. Si bien mantiene optimismo, sabe que debe ajustarse a una realidad diferente y buscar motivación en nuevos desafíos.
Finalmente, Djokovic subrayó que su perspectiva actual lo lleva a enfocarse en competir con entrega total, sin importar las expectativas externas. Aunque no figura entre los principales candidatos para Roland Garros, aseguró que seguirá compitiendo con pasión y dedicación. Este nuevo capítulo en su carrera demuestra que incluso los grandes campeones deben adaptarse y reinventarse constantemente, manteniendo siempre viva la llama competitiva.