En el apasionante mundo del MotoGP, la rivalidad entre los pilotos españoles e italianos ha sido una constante a lo largo de las décadas. A medida que el campeonato ha evolucionado, esta confrontación se ha intensificado, convirtiendo a estos dos países en los protagonistas indiscutibles del deporte. En 2024, Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, promotor del campeonato, expresó su deseo de aumentar la diversidad nacional dentro del paddock. Sin embargo, la presencia dominante de España e Italia en el motociclismo mundial no es solo un fenómeno casual, sino el resultado de factores históricos y estructurales que han fortalecido su posición.
En el corazón del motociclismo mundial, España e Italia emergen como dos gigantes insuperables. Estos países albergan la mayor cantidad de carreras anuales, con España liderando con cuatro grandes premios y Italia siguiéndole con dos. La pasión por las motos está profundamente arraigada en la cultura de ambos países, donde los niños crecen admirando a sus héroes locales ganando campeonatos mundiales. Además, cuentan con escuelas de motociclismo de renombre y circuitos que permiten entrenar durante todo el año gracias a sus condiciones climáticas favorables.
Este entorno propicio ha llevado a que numerosos pilotos internacionales migren desde temprana edad para perfeccionar sus habilidades. Ejemplos notables incluyen a Fabio Quartararo, quien se trasladó a Barcelona siendo muy joven, y Jack Miller, quien, junto a su familia, vivió en una autocaravana en la costa catalana para perseguir su sueño. Esta dedicación y esfuerzo han dado frutos, consolidando la presencia de estos dos países en el podio.
En cuanto a patrocinios, Italia cuenta con marcas emblemáticas como Aprilia y Ducati, mientras que España ha tenido visibilidad significativa con sponsors como Estrella Galicia y Repsol. Este respaldo financiero ha sido crucial para mantener y fomentar el talento local. A pesar de los esfuerzos por diversificar, en 2024 solo los pilotos españoles e italianos lograron victorias, con Brad Binder, sudafricano, siendo el único outsider en conseguir un segundo puesto en el GP de Qatar.
Desde una perspectiva periodística, este dominio hispano-italiano plantea preguntas sobre la sostenibilidad de la diversidad en el deporte. Mientras que equipos como Trackhouse Racing buscan introducir nuevos talentos internacionales, la realidad es que España e Italia continúan siendo los principales actores en la lucha por el título. La pregunta que queda es: ¿Cómo puede MotoGP equilibrar la tradición y el éxito de estas potencias con la necesidad de abrirse a nuevas voces?