En un enfrentamiento intenso, el Real Madrid logró mantenerse en la lucha por el título de Liga gracias a una espectacular intervención de Fede Valverde. Con su habilidad y determinación en los minutos finales contra el Athletic, el uruguayo redimió al equipo blanco tras una derrota devastadora en Champions League frente al Arsenal. El entrenador Ancelotti realizó ajustes tácticos significativos, incluyendo un cambio en la formación que impactó profundamente en el desempeño del equipo. A pesar de las dificultades iniciales, el Madrid encontró su ritmo en la segunda mitad, pero también se vio envuelto en controversias arbitrales clave.
Ancelotti optó por cambios estratégicos tras la eliminación europea, buscando revitalizar al equipo con un sistema 4-4-2 en rombo. Este movimiento permitió aprovechar mejor las cualidades de jugadores como Bellingham y Vinicius, quienes asumieron roles más dinámicos en ataque. Sin embargo, la ausencia de Mbappé dejó un vacío notable en términos de velocidad y creatividad inicial.
El entrenador italiano decidió posicionar a Valverde y Camavinga en los laterales, movimientos que reforzaron tanto el ataque como la defensa. Este diseño táctico, aunque innovador, generó cierta desconexión en el primer tiempo. La falta de coordinación entre líneas y la lentitud en la posesión hicieron que el equipo blanco sufriera ante un rival disciplinado tácticamente. Las ocasiones claras fueron escasas hasta el minuto 35, cuando Valverde conectó un cabezazo tras un córner ejecutado magistralmente por Modric.
En la segunda mitad, el Madrid mostró mayor agresividad y fluidez en su juego. Rodrygo y Bellingham lideraron ataques más efectivos, obligando a Unai Simón a realizar varias intervenciones destacadas. Sin embargo, la polémica llegó en el minuto 79 cuando un gol anotado por Vinicius fue invalidado por fuera de juego dudoso de Endrick. Esto exacerbó la frustración del público local, quien también reclamó un posible penalti no sancionado a favor del equipo.
Finalmente, en el minuto 93, Fede Valverde protagonizó un momento épico con una volea impecable que selló la victoria para el Madrid. Este gol no solo calmó los ánimos alterados por las decisiones arbitrales, sino que también mantuvo vivas las esperanzas del equipo en la competición doméstica. Aunque el camino sigue siendo empinado, especialmente con el clásico contra el Barcelona en el horizonte, este triunfo demostró la resiliencia del conjunto blanco bajo presión extrema. La actuación de Valverde será recordada como un ejemplo de entrega y genialidad en momentos críticos.