En un enfrentamiento vibrante que se extendió hasta los penaltis, el Paris Saint-Germain logró superar al Liverpool en Anfield. A pesar del dominio inicial de los locales, los franceses mostraron una resistencia inquebrantable y terminaron imponiéndose 4-1 en la tanda decisiva. El partido estuvo marcado por la actuación heroica del portero Donnarumma y el crecimiento constante del equipo parisino bajo la dirección de Luis Enrique.
El Liverpool inició el partido con gran entusiasmo, buscando aprovechar su condición de local. Los dirigidos por Slot presionaron desde el inicio, amenazando con remates de Salah. Sin embargo, un error defensivo permitió a Dembélé abrir el marcador para el PSG, equilibrando rápidamente las acciones. A medida que avanzaba el encuentro, los franceses respondieron con contundencia cada ofensiva de los locales, demostrando una solidez que sorprendió a muchos.
La primera mitad fue testigo de un intercambio constante de ataques. Cada intento del Liverpool encontraba una réplica efectiva del PSG. Barcola casi amplía la ventaja antes de ser detenido por Allison. Mientras tanto, el equipo visitante mostró una organización colectiva impresionante, neutralizando las jugadas a balón parado que caracterizan al Liverpool. La figura destacada de Donnarumma fue clave, salvando un cabezazo de Luis Díaz que pudo haber cambiado el curso del juego.
A medida que el partido avanzaba, el PSG comenzó a tomar el control del juego. Pese a la intensidad de la afición local, los franceses mantuvieron su compostura y profundidad. Dembélé continuó siendo una amenaza constante, excediéndose en varias ocasiones frente al arquero. El equipo de Luis Enrique mostró una estructura sólida, combinando calidad individual con un juego colectivo eficiente.
La prórroga fue un testimonio del carácter y la resistencia del PSG. A pesar de la fatiga, los franceses lograron mantener su nivel competitivo. Cuando llegó el momento de los penaltis, Donnarumma se convirtió en el héroe insospechado, deteniendo dos lanzamientos cruciales. Finalmente, Doué selló la victoria con su acierto desde los once metros. Este triunfo no solo marca un hito para el PSG, sino que también refleja su evolución como equipo, preparándose para enfrentar desafíos aún mayores en los cuartos de final.