En un emotivo evento, el cuerpo del fallecido Papa Francisco fue llevado a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Este sábado, a los 88 años, su legado fue honrado por un grupo compuesto principalmente de personas necesitadas que lo aguardaban con flores. La noticia fue anunciada previamente el jueves por la Sala de Prensa de la Santa Sede, marcando una despedida llena de simbolismo y humildad.

Un Momento de Reflexión en el Corazón de Roma

En una soleada mañana romana, el féretro del Papa Francisco llegó a la icónica Basílica de Santa María la Mayor, donde se encuentra su lugar de descanso eterno. Allí, un conjunto de personas vulnerables, acompañadas de rosas frescas, recibieron con respeto y devoción el último viaje del líder espiritual. Este acto significativo tuvo lugar este sábado, dos días después de que la Santa Sede informara oficialmente sobre los preparativos para el funeral.

La escena evocó las enseñanzas centrales del papa: la solidaridad, la justicia social y la conexión con aquellos que más lo necesitan. En cada paso del cortejo, las personas presentes expresaron su gratitud y admiración hacia quien siempre defendió a los marginados.

Desde una perspectiva periodística, esta ceremonia nos recuerda cómo las figuras públicas pueden inspirar cambios profundos a través de sus acciones. El compromiso del papa con los menos favorecidos sigue siendo un modelo a seguir, invitándonos a todos a reflexionar sobre nuestras propias responsabilidades sociales. Su legado perdurará no solo en la Iglesia, sino también en los corazones de quienes vivieron su ejemplo de vida.