En los últimos días, las redes sociales se han convertido en un escenario para revelar graves acusaciones contra miembros del personal académico de la Universidad de Vinh. La primera denuncia surgió cuando una estudiante utilizó un grupo estudiantil para acusar a un profesor de conducta inapropiada. Según testimonios compartidos, este docente invitó a estudiantes a encuentros fuera del horario académico, empleando mensajes que incluían contenido explícito e imágenes no apropiadas. Estas acciones han generado preocupación entre los estudiantes y el personal administrativo.
La situación escaló con nuevas acusaciones dirigidas hacia otro profesor, señalado por presionar a sus alumnos mediante amenazas relacionadas con medidas disciplinarias si no cumplían ciertas solicitudes. Las víctimas expresaron sentirse vulnerables y buscaron apoyo tanto dentro como fuera de la institución. Este caso ha llevado a varios estudiantes a recurrir a otros docentes para obtener orientación sobre cómo proceder ante tales situaciones, lo que evidencia la necesidad de un sistema más sólido de protección para los estudiantes.
Ante esta ola de denuncias, la dirección de la Universidad de Vinh anunció su compromiso con la investigación exhaustiva de cada caso presentado. En declaraciones oficiales, afirmaron que cualquier irregularidad detectada será tratada con seriedad y transparencia, asegurando la divulgación pública de los resultados obtenidos. Además, debido a la magnitud y complejidad de las informaciones recibidas, se solicitó la intervención policial para corroborar las fuentes y garantizar la integridad del proceso investigativo. Este esfuerzo conjunto busca fortalecer las políticas internas y proteger a toda la comunidad universitaria de actos indebidos.
Los casos expuestos reflejan la importancia de crear entornos educativos seguros donde las relaciones profesor-estudiante se basen en respeto mutuo y ética profesional. Es fundamental que las instituciones adopten medidas preventivas claras y efectivas, además de proporcionar canales accesibles para reportar abusos sin temor a represalias. Solo así se puede construir una cultura de confianza y responsabilidad que promueva el bienestar de todos los involucrados.