En el corazón de la gastronomía española, existe un dulce que ha sobrevivido a través de los siglos: las perrunillas. Este manjar, originado en conventos y ahora celebrado en diversas regiones del país, especialmente durante las fiestas navideñas, es una verdadera joya culinaria. Aunque se preparan en varias zonas como Salamanca y Andalucía, son las de Extremadura las que han ganado fama por su exquisito sabor. Este postre combina ingredientes simples pero ricos, como manteca de cerdo, huevos y anís, ofreciendo una experiencia única para cada paladar.

Las Perrunillas: Una Receta Centenaria que Varía de Hogar en Hogar

En el otoño dorado, cuando las calles de ciudades como Cáceres y Badajoz se llenan del aroma de especias y azúcar, las familias se reúnen para preparar este dulce tradicional. La receta varía según la región y hasta dentro de cada hogar, donde cada ama de casa añade su toque personal. Algunas versiones incluyen canela o almendra, mientras que otras optan por licor distinto al anís. Su forma también cambia, desde redondeadas hasta ovaladas, gruesas o finas, reflejando la diversidad cultural de España.

Para disfrutar de este tesoro culinario en casa, se necesita mezclar ingredientes como harina, manteca de cerdo, azúcar, huevo, ralladura de limón, canela y un chorrito de anís. Después de amasar y dejar reposar, se forman pequeñas bolas que se hornean hasta quedar doradas. El resultado es un dulce crujiente por fuera y tierno por dentro, perfecto para acompañar un café o chocolate caliente.

Desde la perspectiva de un periodista gastronómico, estas perrunillas no solo representan un placer culinario, sino también un vínculo con el pasado. Cada mordida nos transporta a tiempos antiguos, evocando la sabiduría de generaciones pasadas que transmitieron esta receta con amor y dedicación. En un mundo acelerado, estas galletas nos recuerdan el valor de las tradiciones y la importancia de preservarlas para futuras generaciones.