El historiador Maximiliano Fuentes Codera ha desentrañado la figura enigmática de Rafael Sánchez Mazas, un intelectual clave en el desarrollo del movimiento falangista. A través de su obra biográfica titulada Sánchez Mazas. El falangista que nació tres veces, el autor explora las múltiples facetas de este escritor y activista político, desde sus inicios como cronista hasta su papel como ideólogo principal del régimen franquista. Este estudio detallado revela cómo una personalidad compleja, marcada por su pereza literaria y su profundo catolicismo, moldeó los cimientos ideológicos del fascismo español.
A lo largo de su vida, Sánchez Mazas fue testigo directo de eventos trascendentales que definieron su pensamiento. Tras estudiar Derecho en Madrid, se trasladó a Bilbao, donde su trabajo como periodista consolidó su visión política. Su estancia en Roma, entre 1922 y 1929, como corresponsal para ABC, le permitió observar el ascenso del fascismo italiano bajo Mussolini, experiencia que influiría profundamente en su trayectoria posterior. Durante este período, también formó una familia con Liliana Ferlosio, con quien tuvo cinco hijos, algunos de los cuales destacaron en diferentes campos artísticos e intelectuales.
Al regresar a España, Sánchez Mazas se convirtió en un articulista reconocido y colaboró en diversos medios. En 1931, publicó bajo el seudónimo Persiles un ensayo sobre las relaciones entre España y el Vaticano, mostrando sus creencias religiosas y su crítica al intervencionismo eclesiástico en política. Su encuentro con José Antonio Primo de Rivera marcaría un punto de inflexión en su carrera. Juntos, desarrollaron los principios doctrinales que llevaron a la creación del Movimiento Español Sindicalista y, más tarde, de Falange Española. Estos principios incluían un ultranacionalismo basado en el Imperio español del siglo XVI y un modelo jerárquico inspirado en los Reyes Católicos.
Con el estallido de la Guerra Civil, la vida de Sánchez Mazas tomó un giro dramático. Refugiado primero en la Embajada de Chile en Madrid y luego prisionero en Girona, escapó milagrosamente de un fusilamiento masivo en 1939. Este episodio, retratado posteriormente en la novela Soldados de Salamina de Javier Cercas, simbolizó su "segunda" y "tercera" nacimiento. Aunque alcanzó posiciones políticas relevantes durante el franquismo, su influencia decayó rápidamente debido a conflictos internos. Sin embargo, su legado perduró a través de símbolos como el lema “¡Arriba España!” y el emblema del yugo y las flechas.
En sus últimos años, Sánchez Mazas dedicó más tiempo a la escritura que a la política. Publicó obras como La vida nueva de Pedrito de Andía, consolidándose como un autor respetado. Su muerte en 1966 dejó un vacío tanto en el ámbito literario como político, aunque su figura sigue siendo objeto de debate y análisis histórico. Gracias a investigaciones como la de Fuentes Codera, podemos comprender mejor no solo la personalidad de Sánchez Mazas, sino también el contexto político y cultural que dio forma al fascismo español. Su vida ejemplifica cómo una ideología puede sobrevivir incluso cuando su creador ya no está presente.