Un colombiano es clave en la creación de las recetas para cápsulas de café que se distribuyen en más de medio centenar de naciones. Alexis Rodríguez, radicado en Suiza, lidera un equipo dedicado a transformar granos seleccionados en una experiencia única para los consumidores globales. El experto relata cómo su pasión por el café lo llevó desde Bogotá hasta convertirse en una figura central dentro de Nespresso.
La rutina diaria de este microbiólogo comienza con catas meticulosas y sesiones de prueba para desarrollar nuevos productos. Desde su base en Lausana, Alexis supervisa un proceso que puede durar años antes de lanzar una nueva variedad al mercado. Este itinerario inicia con un análisis detallado del perfil deseado para cada café y continúa explorando orígenes específicos, ajustando niveles de tostión y definiendo las características técnicas necesarias para encapsularlo perfectamente. Además, viaja constantemente para asegurarse de que los granos seleccionados mantengan estándares consistentes durante todo el ciclo productivo.
Colombia juega un papel crucial en esta historia gracias a su reconocida calidad cafetera. Según Alexis, factores como la diversidad climática y el estricto control de calidad hacen del país un proveedor insustituible. En colaboración con miles de caficultores locales, Nespresso ha implementado programas de sostenibilidad ambiental y mejoramiento genético que han dado lugar incluso a ediciones ultra premium, como la célebre "Número 20". Este proyecto demuestra cómo la ciencia y la tradición pueden fusionarse para crear productos excepcionales que responden a las exigencias de consumidores modernos.
El futuro del café pasa inevitablemente por adaptarse a nuevas generaciones. Alexis subraya la importancia de innovar sin perder de vista la excelencia y responsabilidad social. A través de su labor, no solo promueve el consumo responsable sino también la apreciación por los detalles únicos que cada región ofrece al mundo. Este compromiso refleja cómo la pasión, el conocimiento científico y la conexión con las comunidades cafetaleras pueden inspirar cambios positivos en toda la cadena productiva.