Este artículo explora las perspectivas de Sara Desirée Ruiz, educadora social y psicoterapeuta especializada en adolescencia. Su nuevo libro ofrece estrategias para establecer límites saludables y mejorar la relación entre padres e hijos adolescentes. Ruiz aborda temas como la fragilidad percibida de los jóvenes, la importancia de un entorno seguro para su desarrollo emocional y el diálogo respetuoso para resolver conflictos familiares.
Ruiz propone un cambio de perspectiva al considerar a los adolescentes no como seres frágiles, sino como individuos con enorme potencial que necesitan orientación cuidadosa. Este enfoque promueve un ambiente familiar donde los jóvenes pueden explorar sus emociones sin sentirse juzgados. La autora enfatiza que este aparente estado de vulnerabilidad es solo una fase transitoria en su camino hacia la madurez.
El concepto de ver a los adolescentes como diamantes en bruto refleja su capacidad innata para brillar cuando se les proporciona el soporte adecuado. Los adultos juegan un papel crucial al ofrecer un espacio seguro para que estos jóvenes exploren sus ideas y proyectos. Acompañarlos sin invadir su privacidad permite que desarrollen fortaleza interna y confianza en sí mismos. Esta actitud fomenta relaciones más ricas y constructivas dentro del hogar.
La experta destaca la importancia de reemplazar expresiones autoritarias por un enfoque basado en el entendimiento mutuo y el diálogo abierto. En lugar de imponer reglas, Ruiz sugiere buscar acuerdos que beneficien tanto a los padres como a los hijos. Esto implica expresar necesidades de ambas partes y encontrar soluciones colaborativas.
Para que los límites sean efectivos, deben ser coherentes y bien explicados. Es vital que los jóvenes comprendan las razones detrás de cada norma, lo que facilita su aceptación. Además, mostrar empatía y mantener el respeto son claves para evitar confrontaciones. Cuando se incumple un límite, es preferible analizar qué ocurrió y cómo repararlo antes que aplicar castigos que no enseñan nada. El objetivo final es construir una relación basada en la confianza y el respeto mutuo, donde ambos miembros de la familia puedan crecer juntos.