El renombrado actor José Sacristán, en un reciente evento conmemorativo del 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado, expresó la profunda emoción y la considerable carga que representó interpretar el discurso de ingreso del poeta en la Real Academia. A pesar de su vasta experiencia y longevidad en el oficio, Sacristán confesó que la magnitud de la tarea generó una mezcla de honor y, sorprendentemente, una sensación de absoluto pavor, demostrando que incluso las leyendas vivas pueden sentir la presión del momento. Este desafío subraya su constante búsqueda de la autenticidad en cada actuación.
\nLa relación de Sacristán con la obra de Antonio Machado es un vínculo duradero y significativo. El actor retoma ahora su memorable dramatización poética 'Caminando con Antonio Machado', una producción que vio la luz por primera vez en 2011. Este espectáculo, que profundiza en la rica lírica del poeta sevillano, incluirá versos tan conocidos como 'Una España joven' y 'Caminante son tus huellas'. La decisión de reponer la obra, impulsada por Juan Carlos Pérez de la Fuente para celebrar el centenario, refleja el deseo del actor de mantener viva la presencia de Machado y su mensaje atemporal. Aunque se han introducido algunos ajustes, como la música de violonchelo, la esencia poética permanece intacta, reforzando la relevancia inalterable del legado machadiano.
\nPara Sacristán, la infancia no es un mero recuerdo, sino una fuente vital y constante de inspiración. El subtítulo de su obra, 'Estos días azules y este sol de la infancia', evoca una conexión profunda con la curiosidad y la ausencia de prejuicios propias de los primeros años de vida. El actor subraya la importancia de preservar esa capacidad de asombro, considerándola fundamental tanto para su profesión como para la existencia misma. Para él, esta perspectiva infantil es el motor principal de su arte y de su vida, que han avanzado de la mano durante siete décadas. Es un recordatorio de la necesidad de cultivar diariamente la imaginación y el juego, sin obsesiones, pero con dedicación constante.
\nLa carrera de José Sacristán, que abarca siete décadas, se define por una vocación inquebrantable. El actor concibe su oficio como un juego, pero uno que confiere un propósito profundo a su existencia. Desde sus inicios infantiles, donde se transformaba en un indio comanche con plumas de gallina, hasta hoy, la actuación ha sido el eje central de su vida. Citando a Nietzsche a través de Luis Landero, Sacristán compara la seriedad de su juego actoral con la del niño, enfatizando que este arte no solo le ha permitido sustentar su vida, sino que también le ofrece una plataforma para contribuir a la sociedad. Sin embargo, recalca que su objetivo principal es entretener, no adoctrinar, viéndose a sí mismo como un humilde canal para las obras de grandes creadores.
\nLa genuina humildad de Sacristán, una cualidad que comparte con Antonio Machado, es un rasgo distintivo de su carácter. El actor no considera esta modestia una virtud, sino una manifestación natural de su ser. Inspirado por pensadores como José Antonio Marina, Sacristán cree en una forma superior de inteligencia que se inclina hacia la bondad. Reconoce la existencia de individuos astutos y moralmente cuestionables, pero defiende firmemente la superioridad de una vida basada en la honestidad y la rectitud. Para él, la arrogancia y la soberbia, ejemplificadas en figuras públicas contemporáneas, son patéticas y ridículas, expresando su frustración ante la mediocridad y la hipocresía que a menudo prevalecen.
\nA sus casi 88 años, José Sacristán sigue inmerso en una intensa actividad profesional, compaginando giras teatrales y grabaciones. Su agenda incluye obras como 'La colección' de Juan Mayorga, 'Muñeca de porcelana' de David Mamet y 'Señora de rojo sobre fondo gris' de Miguel Delibes, además de una versión radiofónica de 'Luces de bohemia'. A pesar de la vorágine, Sacristán mantiene una lucidez asombrosa, eligiendo sus proyectos con discernimiento. Aunque reconoce la complejidad del presente, no se adhiere a una visión catastrofista, argumentando que cada era ha tenido sus desafíos y sus 'canallas'. Critica la incapacidad humana para aprender de los errores y el aplauso generalizado a la mediocridad, pero se mantiene firme en su compromiso de no ignorar la realidad, aunque con el paso de los años, su forma de interactuar con ella haya evolucionado.
\nSacristán ha optado por el teatro como su principal medio de expresión, alejándose de la televisión y el cine debido a las exigencias de tiempo que ya no puede cumplir. El teatro, para él, representa una mayor libertad creativa y una menor carga logística, permitiéndole mantener un equilibrio entre su vida personal y profesional. Su estatus le permite establecer sus propias condiciones, lo que valora enormemente. Reflexionando sobre su carrera, Sacristán subraya la importancia del equilibrio y la adaptabilidad en el mundo de la interpretación. Atribuye su éxito no solo a su talento, sino también a la suerte y a una pasión inquebrantable que aún arde en él. Por ello, con una mezcla de desafío y convicción, proclama que mientras su cuerpo y la naturaleza se lo permitan, el escenario seguirá siendo su hogar, su voz y su lugar de pronunciamiento. Una declaración que promete muchos años más de su inigualable presencia escénica.