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La Familia Real Belga Celebra Navidad en Laeken: Tradiciones y Delicias
2024-12-26
En un entorno mágico rodeado de luces navideñas y tradiciones familiares, los Reyes Felipe y Matilde junto a sus cuatro hijos, Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Eléonore, disfrutan de unas fiestas llenas de afecto y gastronomía. Este año, el Palacio de Laeken se convierte en el escenario perfecto para una celebración inolvidable que combina la elegancia real con las costumbres más entrañables del país.

Una Fiesta Real que Conquista Corazones y Estómagos

El Encanto de Laeken Durante las Fiestas

Las calles de Laeken se iluminan con decoraciones navideñas que transforman el palacio en un rincón de ensueño. Los árboles de Navidad, los belenes y los adornos tradicionales crean un ambiente acogedor donde la familia real puede disfrutar de momentos íntimos y especiales. La presencia de los tres hijos mayores en casa, quienes han interrumpido sus ocupaciones académicas y militares para reunirse con sus padres y su hermana menor, añade un toque de emoción y alegría a estas fechas.Los preparativos para la Navidad comienzan semanas antes. Desde la organización de la decoración hasta la planificación de actividades, cada detalle es cuidadosamente supervisado por la realeza belga. La ceremonia de felicitación anual, que sigue a la postal de buenos deseos enviada a todos los miembros del personal y proveedores de la Corte, es uno de los eventos más esperados. Chocolateros como Galler y pasteleros como Wittamer son invitados especiales, ofreciendo sus deliciosas creaciones que no pueden faltar en la mesa real.

Gastronomía Real: Un Banquete de Sabores Tradicionales

La mesa de Navidad en el Palacio de Laeken es un verdadero festín de sabores auténticos. Aunque la familia real belga es conocida por mantener una dieta equilibrada y practicar deportes regularmente, las fiestas permiten un relajamiento momentáneo en favor de las tradiciones culinarias del país. Entre los platos destacados se encuentran el foie gras, el paté gourmet, la carne de caza y las aves rellenas, todo acompañado por un bacalao real que evoca las raíces marítimas de Bélgica.Sin embargo, lo que realmente roba el protagonismo son los dulces. El Rey Felipe, quien se dice que tiene una intolerancia al gluten, disfruta de productos sin este ingrediente. Sin embargo, nadie puede resistirse a los gofres caseros, un postre emblemático de Bélgica. Estos gofres, espolvoreados con azúcar glas, son preparados por los propios hijos de la familia siguiendo recetas ancestrales. Otros dulces como el cougnolle, una masa en forma de Niño Jesús, y los chocolates artesanales, son también indispensables en esta celebración.

Preparación de los Gofres Reales: Una Receta Familiar

La elaboración de los gofres en el Palacio de Laeken es un ritual que une a la familia real. Comienza con la mezcla de ingredientes sencillos pero de alta calidad: harina de trigo, levadura fresca, leche en polvo, azúcar moreno y agua tibia. La masa reposa durante unos 30 o 40 minutos en un lugar cálido, idealmente en el horno previamente templado y apagado. Luego, se incorpora la mantequilla derretida y las claras de huevo montadas con sal, creando una textura ligera y esponjosa.Una vez lista la masa, se vierte en una gofrera caliente, sin necesidad de añadir grasa adicional. Los gofres resultantes son crujientes por fuera y tiernos por dentro, perfectos para ser servidos con chantillí, frambuesas frescas y azúcar glas. Esta receta, que ha sido transmitida de generación en generación, no solo satisface el paladar sino que también refuerza los vínculos familiares, recordando a los miembros de la realeza los valores y tradiciones que han forjado su historia.

Un Legado de Tradiciones y Armonía

La Navidad en Laeken no es solo una ocasión para disfrutar de la comida y la compañía; es también un momento para reflexionar sobre el legado que la familia real desea dejar. Las celebraciones en el Palacio de Laeken, aunque privadas, están imbuidas de un espíritu de servicio y gratitud hacia el pueblo belga. Los actos oficiales, como el concierto anual en el Palacio Real de Bruselas, sirven para honrar a aquellos que contribuyen al funcionamiento de la Casa Real.Este año, más que nunca, las Navidades en Laeken representan un símbolo de unidad y continuidad. Mientras los Reyes Felipe y Matilde comparten estos momentos con sus hijos, transmiten valores de respeto, amor y compromiso. La armonía que se vive en estas fechas es un testimonio del papel que la familia real juega en la sociedad belga, fortaleciendo los lazos entre la monarquía y el pueblo.
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