En un mundo donde el tiempo parece volar más rápido cada día, Martina Klein ha encontrado la manera perfecta de detenerlo: mediante la cocina. Desde su llegada a Barcelona hace ya varias décadas, esta mujer ha sabido mezclar sus orígenes argentinos con las costumbres catalanas para formar algo único. La influencia de su abuela paterna, Magda, quien poseía habilidades excepcionales en repostería, sigue siendo palpable en cada preparación que realiza.
Para Martina, cocinar no es solo una actividad cotidiana; es una forma de conectar generaciones. A través de recetas familiares como crepes o brownies personalizados, busca transmitir esos mismos valores que alguna vez le fueron enseñados. Estas elaboraciones simples pero profundamente significativas se convierten en puentes entre pasado y presente, permitiendo que tanto Pablo como Érika vivan experiencias similares a las que ella misma disfrutó durante su infancia.
Cuando hablamos de platos especiales, es imposible dejar de lado ciertos ingredientes clave que definen nuestra identidad culinaria. En el caso de Martina, uno destaca por encima de todos: el dulce de leche. Este elemento tan característico de Argentina ocupa un lugar privilegiado en muchas de sus creaciones. Ya sea untado sobre crepes rellenos de manzana caramelizada o simplemente compartido en una taza caliente junto al desayuno dominical, este ingrediente conecta emocionalmente a quienes lo degustan.
Los domingos tienen un sabor especial en casa de Martina. Estos días están reservados para reuniones donde cada detalle cuenta. Desde elegir qué fruta acompañará al postre hasta cómo decorarán juntos el brownie según la ocasión, todo forma parte del proceso creativo que convierte estas jornadas en verdaderas obras maestras gastronómicas.
Aunque Magda dejó huella indiscutible en la vida de Martina, también existen otras figuras femeninas que han moldeado su perspectiva. Su otra abuela, aunque no destacaba precisamente en la cocina, era una líder innata dentro de su entorno profesional. Directora de un colegio reconocido, demostraba diariamente cómo llevar las riendas con autoridad y carisma. Para Martina, esta dualidad representa una riqueza invaluable.
Ella reconoce haber heredado tanto talento artístico como fortaleza emocional de ambas mujeres. Esta combinación única le permite enfrentarse a cualquier desafío con confianza mientras mantiene siempre presente el valor sentimental detrás de cada acción. Ya sea gestionando proyectos personales como "Lo de Manuela" o dedicándose completamente a su familia, cada decisión está cargada de intención y propósito.
Preparar crepes requiere paciencia y precisión, cualidades que Martina ha cultivado a lo largo de los años. Comenzando con una base líquida perfectamente equilibrada entre ingredientes simples como leche, huevos y harina, pronto emerge una masa flexible ideal para enrollar rellenos variados. En este caso particular, la elección cae sobre manzanas caramelizadas junto con ese dulce de leche omnipresente, transformando cada bocado en una explosión de sabor evocador.
Este proceso manual, desde batir los ingredientes hasta dar forma final al plato, invita constantemente a la participación activa de todos los miembros involucrados. Es aquí donde realmente florece la magia de compartir conocimientos y habilidades generacionales bajo un mismo techo.
Otro gran protagonista dentro del repertorio culinario de Martina son los brownies. Estos no solo satisfacen paladares golosos sino que también ofrecen oportunidades infinitas para expresar creatividad. Al cortarlos en formas específicas relacionadas con fechas importantes o eventos particulares, estos pequeños trozos de felicidad adquieren significados aún mayores.
La elaboración de estos brownies comienza con una mezcla fundamental compuesta por chocolate negro y mantequilla derretida. Una vez integrados los demás componentes necesarios, incluidos azúcares diversos y esencias aromáticas, resulta una masa densa pero jugosa que hornea uniformemente. Decorarlos posteriormente con elementos adicionales como crema de chocolate o frutos rojos realza visualmente cada pieza, haciéndola irresistible para invitados y familiares por igual.