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La Navidad: Ilusión y Consecuencias
2024-12-19
La Navidad es una época llena de ilusión, especialmente para los más pequeños. Cantar villancicos, planear especiales con la familia, reunirse con primos y familiares que no vemos a menudo... y, claro, recibir regalos. Pero a menudo, son demasiados. Y aunque parezca parte de las tradiciones navideñas, la realidad es que puede traer consecuencias.

La Advertencia de la Psicóloga

La psicóloga Sara Tarrés, conocida en las redes sociales como Mamá Psicóloga infantil y autora del libro "Mi hijo me cae mal" (Plataforma Editorial), advierte que el exceso de regalos tiene efectos negativos en los niños. "Recibir más objetos no aumenta la felicidad ni la satisfacción; al contrario, fomenta actitudes consumistas y una menor tolerancia a la frustración", subraya.Cuando son más pequeños, esta abundancia de regalos puede generar ansiedad y confusión. "No saben por dónde empezar ni con qué ni cómo jugar", dice Sara Tarrés. Además, impide que los niños conecten con los juguetes que reciben, lo que hace que pierdan o incluso no lleguen a crear el vínculo necesario para disfrutarlos plenamente.

La Importancia del Tiempo

Lo realmente necesario para nuestros hijos no es el materialismo de los montones de regalos, sino tiempo para jugar. Muchas veces, los niños carecen de este tiempo. También necesitan tiempo para disfrutar al aire libre en el parque o compartir con la familia. "Lo que les aporta valor son las experiencias compartidas, esos momentos de conexión emocional y el cariño que se transmite a través del tiempo que pasamos juntos", afirma Sara Tarrés.

El Efecto en el Juego

Sara Tarrés responde con claridad cuando se le pregunta sobre el efecto del exceso de regalos en el juego. "Lo vemos año tras año. A menudo, los niños terminan jugando más con los envoltorios que con los propios juguetes", dice. Al recibir demasiados regalos, los niños se sienten abrumados, no solo en Navidad, sino también durante todo el año, cuando se enfrentan a muchas opciones, como en su cumpleaños. "Especialmente cuando son más pequeños, esta abundancia les genera ansiedad y confusión, ya que no saben por dónde empezar ni con qué ni cómo jugar". Y, además, observamos que, cuanto más tienen, juegan menos. "Esto sucede porque no se concentran en ningún juguete en particular y pierden el interés rápidamente. El juego se convierte en un proceso de sacar y esparcir los juguetes, en lugar de una exploración profunda", subraya.

La Regla de los 4 Regalos

No hay un número exacto para determinar cuántos juguetes son demasiados, según la psicóloga infantil. Pero recomienda recurrir a la llamada regla de los 4 regalos. Esta regla establece que se deben limitar a cuatro los regalos que reciben los niños en estas fechas y que estos deben ser: algo para usar (ropa, accesorios), algo que fomente su aprendizaje (libros, juegos educativos), algo que realmente deseen (un juguete especial de su lista) y algo que necesiten (artículos prácticos o útiles).Tarrés no ve imprescindible seguir esta regla estrictamente, ya que cada familia tiene su manera de vivir y de entender estas festividades. Pero sí que puede servirnos para "evitar el exceso de regalos y hacer una selección más consciente y reflexiva, sin importar el presupuesto". "La idea es asegurarnos de que cada regalo tiene un propósito y es verdaderamente significativo".

Las Experiencias Valiosas

Otra opción muy enriquecedora son las experiencias, que no siempre requieren grandes gastos pero pueden ser igualmente valiosas. "Regalar tiempo compartido, como una salida al parque, un paseo por la naturaleza, entradas al teatro o actividades en familia, fomenta recuerdos que permanecen más allá de lo material", dice Mamá Psicóloga infantil. Si además procuramos que esas experiencias estén alineadas con los gustos e intereses de nuestros hijos, se les podrán sacar mucho más partido. "Estas vivencias no solo enriquecen su desarrollo emocional y social, sino que también refuerzan los lazos familiares".También es importante involucrar a los niños en la creación de su lista de deseos. "Involucrar a los niños en la creación de su lista de deseos es otra excelente manera de ayudarles a reflexionar sobre lo que realmente quieren o necesitan. Esto les enseña a priorizar, favorece una relación más sana con el consumo y, lo más importante, permite ajustar los regalos a lo que se puede ofrecer, sin caer en el exceso", afirma Sara Tarrés.Para Sara Tarrés es clave que los adultos reflexionen sobre qué es lo que quieren transmitir a sus hijos y qué consecuencias puede tener para ellos el consumo excesivo y cómo puede influir en su bienestar. "Tal vez, después de esta reflexión, algunas familias consideren útil limitar el número de regalos, no como una regla rígida, sino como una manera de potenciar la calidad de las experiencias y el tiempo compartido, lo cual es esencial para el bienestar emocional de los niños".
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