En un enfrentamiento emocionante, la formación romana logró imponerse a los locales con un marcador final de 0-1. Este resultado permite a los visitantes continuar su avance hacia las posiciones europeas, mientras que el conjunto azul se mantiene en una posición desfavorable. A pesar de comenzar con un gol tempranero, la Roma mantuvo el control del partido, gestionando eficazmente sus recursos y jugadores.

El choque entre estos dos equipos tuvo lugar en el estadio de Empoli, donde los romanos demostraron ser superiores desde el primer minuto. Tras apenas unos instantes de juego, un error defensivo permitió a Matías Soule anotar para los visitantes. Este gol inicial dejó aturdidos a los locales, quienes lucharon por reaccionar pero no pudieron crear ocasiones claras de gol durante gran parte del encuentro.

A pesar de la lluvia y de tener en mente el compromiso europeo inminente, la Roma jugó con soltura. Durante el primer tiempo, los visitantes tuvieron varias oportunidades para ampliar su ventaja, aunque tanto Shomurodov como Manu Kone fallaron por poco. La experiencia de los jugadores más veteranos fue crucial para mantener el dominio del equipo en el campo.

En la segunda mitad, el ritmo del partido disminuyó, y ambos entrenadores realizaron numerosos cambios. Aunque la Roma siguió buscando el segundo gol, el partido perdió algo de intensidad. Los locales intentaron presionar en busca del empate, pero carecieron de ideas claras para perforar la defensa visitante. Al final, el marcador no se movió, y la Roma celebró una victoria importante que refuerza sus aspiraciones continentales.

Este triunfo confirma la capacidad de la Roma para competir incluso con un equipo rotado. Mientras que los locales mostraron resistencia, no pudieron capitalizar sus pocas oportunidades. Los romanos, en cambio, aprovecharon al máximo su superioridad táctica y técnica, asegurando así tres puntos valiosos en su camino hacia Europa.