La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha reiterado la importancia de mantener un canal constante de comunicación con Estados Unidos respecto a ciertas acciones que afectan directamente a México. En particular, se refirió al caso de Ismael "Mayo" Zambada y los familiares de Ovidio Guzmán, capturados en territorio estadounidense. Según Sheinbaum, este tema no solo concierne a las autoridades judiciales, sino también a las relaciones diplomáticas entre ambos países. Subrayó que es fundamental garantizar una cooperación basada en el respeto mutuo, especialmente cuando individuos con órdenes de aprehensión en México son detenidos fuera de sus fronteras.

El gobierno mexicano busca asegurar transparencia en temas como la operación conjunta entre naciones. La presidenta mencionó ejemplos históricos donde la falta de información generó tensiones, como ocurrió con el Operativo Rápido y Furioso. A pesar de estas dificultades pasadas, México espera mejorar la colaboración bajo la nueva administración encabezada por Ron Johnson como embajador de Estados Unidos. Durante una reunión inicial, se discutirá cómo fortalecer vínculos comerciales y políticos sin abordar directamente temas sensibles relacionados con seguridad.

Además, Sheinbaum destacó que México mantiene conversaciones con diversos actores internacionales, incluidos congresistas estadounidenses y otros gobiernos latinoamericanos, para resolver asuntos pendientes. Por ejemplo, se ha propuesto enviar una comisión senatorial ante posibles medidas económicas restrictivas hacia remesas enviadas desde el extranjero. También dejó claro que no habrá participación directa de agencias extranjeras en actividades dentro del país, preservando así la soberanía nacional.

Desde la llegada de la Cuarta Transformación, liderada por Andrés Manuel López Obrador, se han implementado cambios significativos en diversas áreas clave. Entre ellos figura una mayor independencia frente a intervenciones externas, manteniendo siempre un diálogo abierto pero firme con socios estratégicos.

En conclusión, el enfoque actual de México busca equilibrar una relación constructiva con Estados Unidos mientras defiende su autonomía. El gobierno subraya la necesidad de compartir información relevante sobre detenciones importantes y promover una cooperación más transparente, evitando conflictos futuros derivados de malentendidos o falta de comunicación.