El líder de Morena en Oaxaca, Emmanuel Navarro, instó al Instituto Nacional Electoral a mejorar la difusión electoral en lenguas indígenas. Denuncia una falta de accesibilidad histórica para estas comunidades y pide un compromiso real con su inclusión lingüística. Paralelamente, Bxido Xishe Jara celebra el decreto que protege los maíces nativos como un hito clave para las áreas rurales.

Inclusión Lingüística en Procesos Electorales

En el ámbito político, se demanda un cambio radical hacia una mayor integración de las comunidades indígenas en los procesos electorales. La deficiencia actual en materiales informativos traducidos refleja una visión centralista del INE que debe ser superada.

La necesidad de adaptar la comunicación electoral a las diversas lenguas maternas es fundamental para garantizar una participación equitativa. Actualmente, muchos miembros de estas comunidades realizan enormes esfuerzos por informar a sus propias redes sociales sobre temas clave, debido a la escasez de recursos oficiales adecuados. Este desafío subraya una deuda histórica en términos de derechos democráticos y acceso a la información clara y oportuna en sus idiomas nativos. El llamado es para que las instituciones relevantes adopten una perspectiva más amplia y respetuosa hacia las culturas originarias.

Preservación del Maíz Nativo y Soberanía Alimentaria

En el terreno cultural y agronómico, un avance significativo ha sido reconocido con la protección legal de los maíces nativos. Esta medida fortalece tanto la identidad como la seguridad alimentaria de las comunidades rurales.

El reciente decreto presidencial representa un paso crucial en la lucha contra los transgénicos, reivindicando así años de esfuerzo por parte de agricultores locales. Durante reuniones en lugares emblemáticos como Unión Zapata, donde se encuentran vestigios antiguos del maíz, se ha destacado la importancia de mantener prácticas agrícolas ancestrales. Consumir variedades autóctonas no solo beneficia la salud, sino que también protege la biodiversidad y respalda valores comunitarios. Este logro asegura que las producciones locales no se vean amenazadas por cultivos modificados genéticamente, promoviendo así una agricultura sostenible y culturalmente relevante.