El tenista español Roberto Carballés consiguió su primer pase a la tercera ronda del Abierto de Australia tras un partido lleno de interrupciones debido a las condiciones climáticas adversas. A pesar de las dificultades, Carballés demostró un excelente rendimiento, especialmente en su servicio, lo que le permitió superar al local James Duckworth. Este éxito abre nuevas oportunidades para Carballés en el torneo, enfrentándose a jugadores de renombre como Kei Nishikori o Tommy Paul.

Un encuentro marcado por la persistencia y el clima

La jornada del miércoles fue desafiante para el tenista granadino, quien tuvo que lidiar con cuatro suspensiones del partido debido a la lluvia y el viento. El juego se extendió durante más de seis horas, aunque el tiempo efectivo de juego fue de 2 horas y 52 minutos. Carballés finalmente pudo celebrar su victoria con un marcador de 6-4, 6-2 y 7-5, culminando un día lleno de obstáculos.

Las condiciones meteorológicas adversas no solo afectaron la continuidad del partido, sino que también complicaron la estrategia de ambos jugadores. Sin embargo, Carballés supo mantener la calma y aprovechar cada momento disponible. La espera valió la pena, ya que el español logró una victoria significativa en su carrera, marcando un hito importante en su trayectoria profesional. Las interrupciones, si bien fueron frustrantes, también dieron a Carballés la oportunidad de reevaluar sus tácticas y regresar al campo con mayor determinación.

Un rendimiento sobresaliente en todos los aspectos

El triunfo de Carballés se destacó por su dominio en el servicio y su eficiencia en puntos cruciales. Con altos porcentajes de puntos ganados tanto en primeros como en segundos servicios, Carballés mantuvo a Duckworth constantemente a la defensiva. Además, el español exhibió un sólido control de errores no forzados, limitándolos a solo 16 durante todo el partido.

Su excelente actuación en el saque fue clave para mantener el control del partido. Carballés logró 41 golpes ganadores, incluyendo 10 aces, sin enfrentar ni una sola bola de break. En contraste, creó 15 oportunidades de break para sí mismo, convirtiendo cuatro de ellas. Esta combinación de precisión y agresividad en su juego le permitió cerrar el partido con autoridad. El próximo viernes, Carballés tendrá la oportunidad de continuar brillando en el torneo, enfrentándose a un rival de mayor calibre. Su confianza y buen estado de forma prometen un emocionante duelo en la tercera ronda del Abierto de Australia.