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Superando Obstáculos: Cómo los Problemas de Lenguaje Impactan el Aprendizaje de la Lectura y Escritura
2025-04-04

¿Es posible que los niños con dificultades en el habla enfrenten mayores desafíos al aprender a leer y escribir? Este interrogante ha sido explorado por expertos en logopedia, quienes han destacado cómo las alteraciones del lenguaje oral pueden trasladarse al ámbito escrito. Según Ana María Martín Montero, especialista en Atención Temprana, este proceso está influenciado por factores como la precisión articulatoria, el desarrollo lingüístico y la capacidad auditiva. A través de una serie de estrategias específicas, se puede apoyar a estos niños para que superen dichas barreras y desarrollen habilidades lectoras exitosas.

En primer lugar, es crucial entender que el aprendizaje de la lectura no es un proceso automático; requiere enseñanza explícita y sistemática. Los niños descubren gradualmente cómo el lenguaje oral guarda relación con la escritura, lo que significa que cualquier dificultad en su habla puede reflejarse en su escritura. Por ejemplo, aquellos con problemas de articulación podrían transferir errores fonológicos al texto escrito, afectando tanto su comprensión como su precisión.

Martín Montero menciona tres grupos principales de niños que enfrentan distintos tipos de retos: aquellos con dificultades articulatorias, quienes presentan un desarrollo lingüístico más lento y aquellos con problemas auditivos. En cada caso, estas limitaciones influyen directamente en su capacidad para distinguir sonidos o asimilar palabras correctamente. Por ejemplo, un niño con mala discriminación auditiva podría confundir términos similares como "boca" y "bota", algo que se extiende tanto a la lectura como a la escritura.

Además de identificar estas dificultades, es vital ofrecer apoyo adecuado. La especialista propone varias estrategias prácticas para ayudar a los niños a avanzar en su aprendizaje. Una de ellas es establecer una conexión clara entre el habla y la lectura mediante modelos correctos de pronunciación y comunicación frente a frente. También destaca la importancia de consultar a un profesional si se detectan anomalías persistentes, así como fomentar hábitos saludables como respirar adecuadamente por la nariz.

Otro aspecto fundamental es integrar actividades lúdicas relacionadas con la escritura desde edades tempranas. Esto incluye permitir que los niños experimenten libremente con la grafía sin preocuparse por correcciones inmediatas, además de exponerlos a modelos globales de escritura que les resulten interesantes. Finalmente, mantener una actitud positiva hacia sus avances y reconocer sus logros contribuye significativamente a preservar su motivación.

El entorno familiar también juega un papel crucial. Padres que promueven el hábito de la lectura y crean un ambiente alfabetizado facilitan enormemente este proceso. Al proporcionar experiencias ricas y variadas, los niños pueden comprender que leer va más allá de la escuela; es una herramienta útil en múltiples contextos cotidianos, desde encontrar una calle hasta etiquetar pertenencias personales.

Con el apoyo adecuado y adaptaciones pertinentes, incluso aquellos niños que enfrentan desafíos en el lenguaje pueden aprender a leer y escribir con éxito. Este viaje puede ser más largo o exigente, pero siempre es posible cuando se ofrece orientación constante y se valora cada paso adelante. Las palabras, después de todo, tienen el poder de transportarnos a mundos imaginarios y expandir nuestra comprensión del mundo real.

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