El Ternasco de Aragón es una carne tierna y de sabor equilibrado. No es demasiado suave ni demasiado fuerte, lo que lo hace perfecto para una amplia gama de gustos. Según recientes estudios, es igualmente cardiosaludable que el pollo y se recomienda en dietas proteicas de adelgazamiento. Además, es carne de cordero con ADN aragonés, ya que se alimenta con leche materna y cereales naturales. Su peso en canal oscila entre 8 y 12,5 kg, lo que lo hace un producto de calidad.
Una de las características más notables del Ternasco de Aragón es su versatilidad. Puede ser cortado en diferentes formas y presentado de diversas maneras, como tapa, plato o en bocadillo. Esto lo hace una opción ideal para diferentes ocasiones y gustos.
Para preparar este clásico plato, necesitamos los siguientes ingredientes para cuatro personas:
1,5 kg. de ternasco de Aragón, 2 kg. de patatas, 2 hojas de laurel, 10 dl. de aceite de oliva, 1/2 l. de agua, 6 dientes de ajo, vino blanco, sal y perejil fresco.
Primero, precalentamos el horno (arriba y abajo) a 150 grados. Mientras tanto, pelamos y cortamos las patatas en rodajas. Luego, las colocamos en una fuente de horno junto con dos ajos laminados, el laurel, el aceite, la sal y el agua.
Sazonamos el ternasco con sal y aceite y lo colocamos sobre las patatas. Lo metemos en el horno durante aproximadamente una hora y 45 minutos, a una intensidad no muy fuerte, para que se vaya rustiendo poco a poco. Cuando esté hecho de un lado, damos la vuelta para que quede igual de dorado por ambos lados y lo remojamos con una chorrada de vino blanco.
Una vez hecho, cuando su color sea tostado y la piel crujiente, lo servimos, si se quiere, con un poco de perejil fresco. Esta receta es un clásico y se puede disfrutar en muchos bares y restaurantes de la comunidad.
La IGP del Ternasco de Aragón ofrece diversas opciones de cortes, cada uno con su propio sabor y textura:
Cuello: Un corte jugoso y rico, perfecto para degustar.
Paletilla: Deliciosa y tierna, ideal para hacer bocadillos o platos pequeños.
Falda: Una parte más gruesa y con un sabor más intenso, adecuada para platos más elaborados.
Costillar: Una opción popular, con un sabor intenso y una textura jugosa.
Pierna: Una parte más tierna y jugosa, ideal para hacer sopas o guisos.