El exjugador profesional Gerard Piqué vivió un momento intenso durante su declaración judicial. En este acto, reveló sus sentimientos más profundos frente a las acusaciones relacionadas con el contrato de la Supercopa de España. A través de una voz quebrada y pausas cargadas de emoción, expresó cómo este proceso ha impactado profundamente su reputación. Según él, en otros países, tales logros serían celebrados como hitos significativos para el deporte. Sin embargo, en España, se percibe bajo otra luz debido al contexto político y social.

En el transcurso de su testimonio, Piqué destacó aspectos clave del caso. Explicó que siempre cumplió con los lineamientos legales vigentes en ese entonces, asegurando que las comisiones obtenidas por intermediar en el acuerdo con Arabia Saudí son completamente transparentes y justificadas. Asimismo, recalcó que nunca actuó en nombre de la Federación Española de Fútbol (RFEF), sino exclusivamente como representante de las autoridades saudíes. Este rol, según señaló, no violaba ninguna normativa existente en aquel período, lo cual contrasta con las regulaciones actuales.

La integridad y transparencia deben ser pilares fundamentales en cualquier actividad profesional, especialmente cuando se involucran grandes sumas de dinero y acuerdos internacionales. Aunque Piqué enfrenta críticas y desafíos legales, su postura refleja un compromiso con la verdad y la legalidad. Su esperanza es que este caso concluya pronto, permitiendo así restaurar su imagen pública y demostrar que su labor siempre estuvo alineada con los intereses superiores del fútbol español y global. Más allá de las acusaciones, su historia subraya la importancia de proteger la reputación y valorar los aportes genuinos al desarrollo del deporte.