En el marco de un caso judicial complejo, la figura del ministro Félix Bolaños fue puesta bajo escrutinio por el juez Juan Carlos Peinado. Durante la audiencia, se destacó la necesidad de esclarecer detalles sobre la contratación de una asesora ligada a altos círculos gubernamentales. Desde el inicio, Peinado dejó claro que requería respuestas concretas, lo cual desafió al ministro a proporcionar datos precisos y transparentes. Este proceso reveló tensiones entre las áreas de responsabilidad y conocimiento dentro del gobierno.
El diálogo entre ambos destacó diferencias claras en cuanto a quién debía asumir la responsabilidad de informar sobre los movimientos administrativos internos. Tras múltiples preguntas específicas del juez, el ministro argumentó que dichas funciones no estaban bajo su jurisdicción directa. Sin embargo, Peinado enfatizó la importancia de identificar claramente a la persona encargada de supervisar las labores de Cristina Álvarez Rodríguez. Esto llevó al ministro a salir temporalmente de la sala para recopilar información precisa, demostrando así la seriedad con la que el juez abordaba el tema.
Finalmente, este caso subraya la necesidad de transparencia y responsabilidad en la gestión pública. La interacción entre el juez y el ministro refleja cómo el sistema judicial actúa como garante de la rendición de cuentas, incluso frente a figuras de alto rango. Este evento reafirma la importancia de mantener procesos claros y documentados dentro de las instituciones gubernamentales, asegurando que nadie quede exento de dar explicaciones cuando sea necesario. Así, se fortalece la confianza ciudadana hacia las instituciones y se promueve un entorno donde la verdad prevalezca sobre cualquier obstáculo.