En los últimos tiempos, las historias de inseguridad han generado preocupación entre los habitantes de varias comunidades cubanas. En un incidente ocurrido recientemente en la ciudad de La Habana, una residente logró evitar que un intruso completara su intención gracias a un sistema de alarma temprana. Paloma Zaldívar, quien vive en el reparto Bahía del municipio Habana del Este, relató cómo un ladrón ingresó a su vivienda durante la madrugada con la intención de desactivar el sistema de seguridad. Sin embargo, antes de cumplir su objetivo, una señal sonora alertó a los vecinos cercanos, asustando al intruso y obligándolo a retirarse sin llevarse ningún objeto. Para identificar al sospechoso, Zaldívar ha decidido ofrecer una recompensa económica mediante redes sociales, esperando que alguien reconozca al hombre captado por sus cámaras.
Otro ejemplo impactante proviene de la provincia de Holguín, donde la lealtad de una perra salvó a su dueña de un intento de robo durante un apagón generalizado. Liagnett Santana narró cómo su fiel compañera, Katira, defendió su hogar frente a un intruso nocturno. Esa noche, Santana se encontraba sola y emocionalmente agotada debido a la enfermedad de su abuela. Aunque dejó la puerta parcialmente abierta antes de acostarse, no imaginó lo que ocurriría después. Cerca de las 9:30 p.m., Katira, una perra mestiza rescatada años atrás, reaccionó rápidamente ante la presencia de un extraño dentro de la cocina. Con su ladrido feroz y la rápida intervención de Santana, el ladrón huyó precipitadamente, abandonando incluso una mochila en el lugar.
Estos casos reflejan la realidad diaria de muchas familias cubanas, quienes enfrentan crecientes riesgos de inseguridad en sus propios hogares. En ausencia de medidas eficaces por parte de las autoridades locales, tanto los ciudadanos como sus mascotas han asumido roles protagónicos en la protección de sus espacios personales. Las iniciativas comunitarias, junto con la tecnología accesible como cámaras de vigilancia y sistemas de alarma, están demostrando ser herramientas clave para combatir este fenómeno. Además, estas experiencias subrayan la importancia de la solidaridad entre los vecinos, quienes actúan como una red de apoyo mutuo frente a situaciones de peligro. Es fundamental reconocer que la seguridad no solo depende de dispositivos tecnológicos, sino también de la unidad y la colaboración dentro de las comunidades.