La ciudad de Benidorm se convierte en el epicentro de la música europea con la celebración del Benidorm Fest 2025, evento que seleccionará al representante español para Eurovisión. Este festival reúne a talentosos artistas que compiten por el codiciado Micrófono de Bronce y la oportunidad de representar a España en Suiza. Además, los visitantes pueden disfrutar de diversas actividades culturales y gastronómicas inspiradas en los concursantes. Sin embargo, más allá de la música, Benidorm ofrece un lado natural y tranquilo que invita a la exploración, desde montañas imponentes hasta calas escondidas, revelando una belleza oculta que pocos conocen.
El Benidorm Fest 2025 ha capturado la atención no solo de los locales sino también de entusiastas de Eurovisión de todo el mundo. La competencia finalizará el próximo sábado, cuando cuatro nuevos candidatos se sumarán a Lachispa, Daniela Blasco, Lucas Bun y Kuve, quienes ya han asegurado su lugar en la gran final. Estos artistas aspiran a convertirse en el nuevo rostro de España en el escenario internacional de Eurovisión. El evento no solo destaca por la música, sino también por las experiencias únicas que ofrece fuera del Palau d’Esports. Entre las galas, los fans pueden disfrutar de eventos como Tapafest, donde la gastronomía local se fusiona con el arte musical, o visitar puntos emblemáticos como el mirador dedicado a los festivales que han puesto a Benidorm en el mapa musical.
Más allá de la efervescencia del Benidorm Fest, la ciudad guarda tesoros naturales que merecen ser descubiertos. Uno de ellos es el Puig Campana, la segunda montaña más alta de la provincia de Alicante. Aunque la ascensión requiere esfuerzo, las vistas panorámicas de la costa y las montañas circundantes compensan con creces. Los senderistas pueden culminar su aventura visitando Finestrat, un encantador pueblo cercano con calles estrechas y empedradas que evocan tiempos pasados. Otro sitio fascinante es la Isla de Benidorm, ubicada frente a la costa, con leyendas románticas y rutas de senderismo que ofrecen vistas espectaculares y playas vírgenes ideales para buceo y snorkel.
No menos impresionante es la Serra Gelada, un parque natural que se eleva sobre los rascacielos de Benidorm. Con acantilados que alcanzan hasta 300 metros de altura, este parque ofrece caminos que serpentean entre mar y montaña, incluyendo la ruta hacia la Punta del Cavall, donde se encuentra una antigua torre defensiva construida durante el reinado de Felipe II. Para aquellos que buscan tranquilidad junto al mar, las calas escondidas de la Serra Gelada son el destino perfecto. Playas pequeñas y poco accesibles, como la Almadrava y la del Tío Ximo, ofrecen refugio y belleza natural inigualable.
Finalmente, la Cruz de Benidorm y el Faro de Albir son dos sitios emblemáticos que completan el paisaje urbano y natural de la ciudad. La Cruz, visible desde lejos, ofrece vistas panorámicas tanto de día como de noche, mientras que el Faro de Albir, con su historia centenaria, domina el horizonte desde su posición estratégica en el Parque Natural de Serra Gelada. Estos lugares son testigos silenciosos de la rica historia y la belleza natural que Benidorm tiene para ofrecer, más allá de sus famosos rascacielos.