Una entrañable dinámica familiar se desarrolla entre la influenciadora, su hija Sophia y Thiago Nigro. En ocasiones, Sophia expresa sus sentimientos de manera peculiar hacia su padrastro, demostrando una actitud tierna aunque algo competitiva. Recientemente, un momento divertido ocurrió cuando Thiago mencionó repetidamente a "su pequeña" que pronto estaría con ellos. Sophia, con un tono juguetón, le recordó que esa pequeña a la que tanto hacía referencia pronto estaría presente, desatando una conversación que reveló no solo los celos típicos de un niño, sino también el cariño compartido.
Los celos en este caso son más que simples manifestaciones negativas; reflejan un crecimiento emocional natural dentro del núcleo familiar. La reacción de Thiago al afirmar que Sophia también es "su pequeña" demuestra cómo estos momentos pueden ser aprovechados para fortalecer los lazos familiares. Más allá de las bromas y los comentarios ocasionales, Sophia participa activamente en la preparación emocional para la llegada de su nueva hermana. Su comportamiento incluye acciones como ungir con aceite bendito la barriga de su madre mientras oran juntas por la salud del bebé.
En esta historia se destaca la importancia de abrazar los sentimientos naturales de los niños, ya sean celos o alegrías, como parte integral del desarrollo emocional. Las familias pueden utilizar estos momentos para crear vínculos más profundos y significativos. Este ejemplo nos enseña que incluso las pequeñas interacciones diarias tienen el poder de forjar relaciones duraderas y llenas de amor, mostrándonos que cada miembro de la familia juega un papel único y valioso en la construcción de un entorno armonioso.