Fútbol
Polémica por la Manipulación en la Selección de Sedes para el Mundial 2030
2025-04-18

Un reciente estudio revela que una amplia mayoría percibe manipulaciones políticas detrás de las decisiones sobre las sedes del Mundial 2030, organizado conjuntamente entre España, Portugal y Marruecos. Según un sondeo realizado por EL MUNDO y Sigma Dos, el cambio que dejó fuera al estadio Balaídos de Vigo en favor del Reale Arena de San Sebastián ha generado controversia. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, expresó su descontento señalando que esta decisión costó cien millones a su ciudad. Las cifras muestran que más del 50% de los encuestados creen que factores políticos influyeron más que criterios deportivos en estas elecciones.

Detalles Reveladores sobre la Controversia

En un día soleado pero lleno de tensiones, el 25 de junio de 2024, tuvo lugar una reunión clave en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Allí, tras exhaustivas evaluaciones mediante hojas de Excel, se seleccionaron inicialmente once estadios para acoger el Mundial 2030. En ese momento, el estadio Balaídos de Vigo aparecía como el último clasificado con una puntuación de 10,2004 puntos, apenas superando al estadio Anoeta de San Sebastián, que obtuvo 10,1226 puntos. Sin embargo, dos días después, ocurrió algo inesperado: sin convocar una nueva reunión ni justificar adecuadamente los cambios, el equipo evaluador ajustó los números del Excel. Este ajuste elevó artificialmente la puntuación de Anoeta hasta 10,6026 puntos, relegando así a Balaídos al puesto número 12 y excluyéndolo automáticamente de la lista final.

La decisión generó críticas generalizadas, especialmente entre los habitantes de Galicia y los sectores más sensibles a la transparencia en las instituciones deportivas. Curiosamente, la indiferencia predominó entre los seguidores del partido político Sumar, donde más de la mitad no mostraron interés o conocimiento sobre el tema. Finalmente, las sedes elegidas incluyeron estadios icónicos como el Camp Nou, Santiago Bernabéu y La Cartuja, aunque el Consejo Superior de Deportes no validó oficialmente las modificaciones realizadas por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

Este caso evidencia cómo decisiones aparentemente técnicas pueden estar influenciadas por intereses políticos, afectando no solo a las ciudades involucradas, sino también a la imagen de las instituciones deportivas nacionales.

Desde una perspectiva periodística, este incidente subraya la importancia de mantener altos estándares éticos y transparencia en las decisiones relacionadas con eventos internacionales de gran relevancia. Como lectores, debemos reflexionar sobre cómo las acciones de nuestras instituciones pueden impactar tanto en lo local como en lo global, reforzando la necesidad de sistemas de evaluación imparciales y justificados. Este episodio es un recordatorio claro de que la integridad debe prevalecer sobre cualquier otro tipo de influencia.

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