Cada 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha que resalta la importancia de promover el interés de las jóvenes por las ciencias y su participación equitativa en estas disciplinas. Este artículo explora cómo la labor de investigadoras como la Dra. Mar Gil Mira, ginecóloga del Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz, está transformando la salud materna y fetal a través de proyectos innovadores que salvan vidas.
En un entorno dorado por el otoño, conversamos con la Dra. Mar Gil Mira, quien ha dedicado su carrera a la investigación en salud femenina y diagnóstico precoz. Con más de medio siglo de proyectos nacionales e internacionales bajo su cinturón, esta profesional ha logrado avances cruciales, como el cribado temprano de preeclampsia, una complicación durante el embarazo que puede poner en riesgo la vida de la madre y el bebé. “Nuestro objetivo es prevenir estas situaciones antes de que ocurran”, menciona la Dra. Gil Mira.
La doctora enfatiza la importancia de contar con mujeres líderes en la investigación científica, lo cual no solo cambia la perspectiva, sino que también inspira a nuevas generaciones. Para ella, educar a las niñas y adolescentes sobre la relevancia de las carreras científicas desde edades tempranas es fundamental. “Es necesario hacerles ver que la ciencia puede ser divertida y parte de su ocio diario”, añade.
Para fomentar el interés científico en las jóvenes, la Dra. Gil Mira sugiere proporcionar referentes inspiradores. Ella misma encontró en el profesor Kypros Nicolaides, conocido como el padre de la medicina fetal, un modelo a seguir. Sus contribuciones al campo, incluyendo el cribado del síndrome de Down y la detección precoz de enfermedades como la espina bífida, han sido revolucionarias. “Admiro su pasión por los pacientes y su compromiso con la enseñanza”, comenta la doctora.
Los padres y educadores tienen un papel crucial en este proceso. Se les anima a involucrar a las niñas en actividades científicas y experimentos en casa, demostrándoles que la ciencia puede ser tanto entretenida como instructiva. “La ciencia no muerde; hay que perderle el miedo”, afirma la Dra. Gil Mira.
El futuro de las mujeres en la ciencia presenta desafíos, especialmente en términos de conciliación familiar y profesional. Sin embargo, la Dra. Gil Mira ve esperanza en el apoyo institucional y en la creación de redes de investigación que permitan a las jóvenes desarrollarse en este campo. “Es importante encontrar algo que te ilusione y trabajar en ello con dedicación”, concluye.
Desde esta perspectiva, queda claro que la participación activa de las mujeres en la ciencia no solo beneficia a la comunidad médica, sino que también inspira a futuras generaciones a explorar y contribuir en estos campos. La ciencia, cuando está en manos de quienes la aman y comprenden su valor, tiene el poder de cambiar vidas.