El evento de toma de posesión del 47º presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, atrajo no solo a figuras políticas sino también a destacados líderes del mundo tecnológico. Sin embargo, uno de los momentos que más llamó la atención fue el comportamiento observado del CEO de Meta, Mark Zuckerberg, durante la ceremonia. Un video viral mostró al empresario mirando disimuladamente a Lauren Sánchez, prometida de Jeff Bezos, mientras ambos estaban presentes en la Rotonda del Capitolio. Este incidente generó una ola de comentarios humorísticos y críticas en las redes sociales.
La ceremonia presidencial reunió a importantes personalidades del sector tecnológico, incluyendo a Elon Musk de Tesla y Sundar Pichai de Google. La disposición de los asientos hizo que Zuckerberg y Bezos se encontraran cerca de Sánchez, quien vestía un conjunto atrevido compuesto por un blazer ajustado con hombreras marcadas y un sujetador de encaje blanco. Algunos observadores notaron que Sánchez parecía evitar el contacto visual con Priscilla Chan, esposa de Zuckerberg, lo que añadió un toque de tensión a la escena.
El estilo elegido por Sánchez para la ceremonia desató opiniones divididas. Mientras algunos criticaban su elección como inapropiada para un evento tan formal, otros defendían su derecho a expresarse a través de su vestimenta. El conjunto, diseñado por Alexander McQueen, dejaba al descubierto el sujetador de encaje, lo que aumentó la controversia. Además, Zuckerberg fue objeto de críticas adicionales por haber dado "me gusta" a una foto sugerente de Sánchez en Instagram antes del baile Starlight en honor de Trump.
Este comportamiento de Zuckerberg rápidamente se convirtió en tema de debate en las redes sociales. Numerosos usuarios crearon memes y bromas sobre el incidente, especulando sobre las posibles implicaciones en su relación con Chan, con quien lleva casado desde 2012. Aunque muchos se preguntaron si todo había sido malinterpretado, el episodio dejó claro que incluso en eventos formales, los detalles más pequeños pueden generar gran revuelo.
Más allá de las críticas y bromas, este incidente puso de manifiesto cómo la atención pública puede centrarse en detalles inesperados durante eventos de alto perfil. La ceremonia de investidura de Trump, aunque marcada por la presencia de figuras influyentes, también reveló aspectos personales que capturaron la imaginación del público y generaron discusiones más allá del acto oficial.