Las recetas que calientan el cuerpo y el alma son un tesoro en la cocina española. En este viaje culinario, exploramos los platos tradicionales que evocan aromas hogareños y sabores profundamente arraigados en la cultura regional. Comenzamos nuestro periplo en Navarra, donde los chefs honran las raíces culinarias con preparaciones llenas de historia y sabor.
El chef Pedro Larumbe, oriundo de Lerín, nos invita a sumergirnos en los guisos navarros. Uno de sus favoritos es el calderete de cordero al chilindrón, una preparación que combina patata, alcachofa y espárragos. Este plato no solo llena el estómago sino también el corazón, recordando los días en que se recolectaban ingredientes frescos directamente del campo. Otro manjar destacado es el guiso de cangrejos de río, que transporta a tiempos en que los amigos de su padre preparaban estas exquisiteces junto al río. Las alubias pochas, por su parte, ofrecen una versatilidad única, mezclándose perfectamente con chistorra, bacalao o cualquier tipo de pescado, creando una sinfonía de sabores que se disfrutan lentamente.
Cruzando hacia Cantabria, encontramos platos que capturan la esencia marina. Los chefs Miguel Ángel Rodríguez y Emilio Gutiérrez nos presentan las patatas a la marinera con congrio y mejillones, un homenaje a la pesca local. El cocido lebaniego, con su característico torto y compango, es otro exponente de esta región, combinando garbanzos suaves con productos de la matanza y ternera. También destaca el carico montañés con piparra, un guiso de alubias moradas que despierta curiosidad tanto por su textura cremosa como por su origen histórico.
En Burgos, la olla podrida es un testimonio de la opulencia pasada, mientras que el ajo carretero evoca los tiempos de los trabajadores reales. Viajando a La Mancha, descubrimos el gazpacho manchego caliente, un legado de la cocina sefardí, y el pisto manchego, un tributo a la supervivencia campesina. Madrid, no quedándose atrás, preserva sus santuarios gastronómicos como Quinqué, donde jóvenes chefs reinterpretan clásicos como las verdinas con berberechos.
Finalmente, llegamos a Asturias, donde la fabada tradicional y las alubias de Tolosa en Casa Mortero son un deleite para los sentidos. Estos platos, elaborados con paciencia y dedicación, reflejan la importancia de mantener vivas las tradiciones culinarias. A través de estos guisos, celebramos no solo los sabores, sino también el espíritu comunitario y familiar que han acompañado a generaciones. Preparémonos entonces para disfrutar de cada bocado, permitiendo que estos platos nos conecten con nuestras raíces y nos inspiren a seguir valorando lo auténtico y genuino en nuestra vida diaria.