En la feria internacional de arte contemporáneo ARCO, se encuentra una diversidad de obras que van desde las creaciones de artistas consagrados hasta piezas de jóvenes talentos emergentes. Entre los grandes nombres y sus obras millonarias, hay un espacio para el arte accesible que invita a nuevos coleccionistas a explorar diferentes estéticas sin necesidad de un gran presupuesto. Por ejemplo, una obra fotográfica de Inma Herrera titulada "Glaciar I", capturada en las islas Svalbard, se ofrece por menos de 300 euros, ofreciendo una puerta de entrada al mundo del arte para quienes desean comenzar su colección.
Otra sección de la feria destaca por presentar obras de artistas jóvenes cuyos precios son significativamente más bajos que los de figuras establecidas. Katinka Huang, nacida en 1998 y con formación en ciudades como Londres, París y Nueva York, presenta una serie de dibujos realizados con carboncillo, pastel y tinta sobre papel que oscilan alrededor de los 400 euros. A pesar de su juventud, sus trabajos han sido bien recibidos, con varios ya reservados o vendidos. Este fenómeno demuestra que la calidad artística no siempre está determinada por el precio de la obra, sino por su capacidad para conectar con el público.
Karina Mendreczky, residente en Budapest, ofrece una perspectiva única a través de su bordado "Handkerchief", inspirado en un poema de Emily Dickinson. Para ella, el acto de bordar es una forma de preservar una tradición femenina y crear un vínculo entre pasado y presente. ARCO proporciona una plataforma invaluable para estas artistas, permitiéndoles mostrar sus trabajos a un público más amplio y abrir nuevas oportunidades dentro del circuito del arte. Además, Claudia Pagès ha ganado el XVIII Premio illy SustainArt, reconociendo su trabajo innovador que combina memoria histórica y elementos naturales, lo cual refuerza la importancia de apoyar a los jóvenes artistas y promover la sostenibilidad en el arte contemporáneo.