Un hallazgo sorprendente ha confirmado el origen menorquín de una de las salsas más famosas del mundo. Un manuscrito del siglo XVIII, presentado en la colección "Recetarios históricos de cocina catalana", revela que la mayonesa, anteriormente conocida como "mahonesa", tiene sus raíces en Mahón, capital de Menorca. Este documento, incluido en el volumen titulado Receptari Caules. Cuina menorquina del segle XVIII, desmiente teorías anteriores sobre su supuesto origen francés.
Según investigadores especializados en historia culinaria, este manuscrito pertenece a Joana Caules y data del final del siglo XVII. En él, la salsa es descrita bajo el nombre de "salsa de pescado cruda". Su uso estaba destinado principalmente a acompañar platos de pescado, cocidos y carnes blancas. El médico e investigador Pep Pelfort explicó durante la presentación del libro que esta receta representa la referencia más antigua hasta ahora localizada, confirmando definitivamente que la mahonesa nació en Menorca.
El error que atribuyó erróneamente la paternidad de la salsa a Francia se originó en un problema tipográfico. Según Francesc Solé Parellada, presidente de 7 Portes y director de la colección, cuando la salsa fue introducida en Francia, un impresor accidentalmente intercambió la letra "h" por una "y", cambiando "mahonesa" a "mayonnaise". Desde entonces, la salsa ganó popularidad en Europa y el resto del mundo bajo este nuevo nombre.
Además, la receta original contenía ingredientes adicionales como cebolla, perejil, ajo y pimienta, lo que anticipaba las futuras variantes modernas como la salsa tártara. Este hecho subraya cómo los sabores locales influenciaron inicialmente la composición de la salsa antes de su simplificación internacional.
El libro también incluye otras recetas inéditas de la gastronomía menorquina, como una tarta de pichones con pasta deshojada. Los expertos señalan que esta preparación podría ser el precursor de ciertos platos franceses del siglo XIX.
Este descubrimiento no solo aclara un misterio culinario centenario, sino que también resalta la importancia de Menorca en la historia de la gastronomía mundial. Gracias a este valioso testimonio histórico, queda demostrado que muchas de las preparaciones que hoy disfrutamos globalmente tienen raíces profundas en la creatividad culinaria de pequeñas comunidades europeas.