La separación de Chiara Ferragni y Fedez marcó un hito significativo en sus vidas, especialmente en lo que respecta a la custodia y manutención de sus hijos. Tras nueve meses desde el anuncio de su ruptura, ambas partes llegaron a un acuerdo ante el Tribunal de Milán que garantizaba el bienestar de Leone y Vittoria. Este convenio establecía que los niños pasarían aproximadamente igual tiempo con cada progenitor, asegurando que la responsabilidad de su cuidado y mantenimiento recaería sobre el padre o madre que estuviera a cargo en cada momento.

Los cambios en la vida familiar también se reflejaron en las rutinas diarias. Tras disfrutar de unas vacaciones individuales durante el verano, Chiara regresó a Italia para preparar a sus hijos para el nuevo curso escolar. La empresaria italiana retomó sus compromisos laborales mientras sus pequeños comenzaban un ciclo escolar distinto al habitual. Durante este período, tanto Chiara como Fedez compartieron la custodia de los niños, quienes pasaron parte de sus vacaciones junto a cada uno de sus padres en diferentes destinos.

En un esfuerzo por proteger la privacidad de los menores, el acuerdo de divorcio incluyó medidas específicas sobre la exposición pública de Leone y Vittoria. Ambos padres acordaron solicitar permiso antes de publicar cualquier imagen o video de los niños en sus redes sociales. Esta decisión refleja un compromiso con el respeto a la intimidad de los pequeños, un aspecto crucial en tiempos donde la presencia digital puede tener un impacto duradero. Este enfoque pone de manifiesto la importancia de priorizar el bienestar emocional y psicológico de los niños en medio de los desafíos familiares.