María Fasce, reconocida escritora argentina, explora en su obra más reciente la frontera entre lo real y lo imaginario. A través de un proceso creativo que combina sueños lúcidos y reflexiones sobre el pasado, Fasce ha creado una novela que desafía las convenciones del género policial y ofrece una profunda exploración psicológica. En El final del bosque, la autora aborda temas como la memoria, la locura y los secretos familiares, creando una narración que oscila entre lo verosímil y lo insólito.
La novela surgió de un sueño inquietante que Fasce tuvo durante el confinamiento de 2020, donde los personajes y escenarios se entremezclan con sus propias experiencias personales. La trama gira en torno a una misteriosa figura encontrada en el bosque, sirviendo como catalizador para desenterrar los traumas y conflictos internos de los protagonistas. Este relato no solo es una exploración de la intriga familiar, sino también una meditación sobre cómo la realidad puede ser alterada por la percepción subjetiva.
El proceso creativo detrás de El final del bosque comenzó con un sueño lúcido que dejó a Fasce intrigada. Este episodio nocturno proporcionó el escenario y los personajes principales, pero fue la capacidad de la autora para tejer estos elementos con su propia historia personal lo que dio forma a la novela. Al despertar, Fasce sintió la urgencia de plasmar en papel lo que había experimentado, consciente de que este material tenía el potencial de convertirse en algo más que un simple relato.
El bosque que aparece en el sueño simboliza tanto el paisaje de la infancia de Fasce como un espacio metafórico donde los recuerdos y los temores pueden manifestarse libremente. La presencia de un hombre tendido en el barro se convierte en el punto de partida para explorar las dinámicas familiares y los silencios acumulados a lo largo de los años. Fasce destaca que, a diferencia de otras historias que parten de hechos reales, esta vez fue el subconsciente el que dictó el rumbo de la trama. Al incorporar citas de autores como Alfonsina Storni y Jorge Luis Borges, Fasce enriquece su narrativa sin sobrecargarla, logrando un equilibrio entre homenaje y originalidad.
Una de las características más notables de El final del bosque es cómo desafía las fronteras entre la realidad y la ficción. La protagonista, Lola, es una mujer que ha atravesado una compleja relación con la locura y cuyo testimonio resulta poco fiable. Esta ambigüedad permite a Fasce explorar los límites de la percepción y la verdad, ofreciendo al lector una experiencia que es tanto intelectual como emocional. La autora utiliza la locura no como un mero recurso dramático, sino como una herramienta para cuestionar la noción misma de realidad.
Fasce se inspira en figuras literarias como Patricia Highsmith y David Lynch, quienes han sabido jugar con la tensión entre lo ordinario y lo extraordinario. En El final del bosque, los delirios y alucinaciones de Lola no son simplemente síntomas de una enfermedad mental; son manifestaciones de una visión del mundo que desafía las estructuras convencionales. La autora argumenta que la ficción, al acelerar y transformar la realidad, puede ofrecer una perspectiva más lúcida y liberadora. A través de este lente, Fasce examina temas como el estigma de la histeria y las "verdades viscerales" que residen en el cuerpo y la mente. El resultado es una novela que invita al lector a cuestionar lo que considera real y a sumergirse en un universo donde todo es posible.