En una entrevista emocionante, Elisabeth Reyes compartió su experiencia tras la separación de su pareja de doce años. La ex Miss España 2006 se sinceró sobre los desafíos y transformaciones que ha enfrentado en esta nueva etapa de su vida. Reconoció que el fin de su matrimonio no fue causado por un evento específico, sino por un gradual distanciamiento emocional. "Nos olvidamos de cuidarnos mutuamente y de priorizar nuestra relación", explicó con honestidad. A pesar de la tristeza que esto le provocó, Elisabeth enfatizó su gratitud hacia Sergio, destacando su apoyo durante los momentos más difíciles.
Luego de tomar la decisión de separarse, Elisabeth atravesó un período de profunda introspección y autodescubrimiento. Confesó que uno de los mayores desafíos fue aceptar que su familia había cambiado. "Fue crucial reconstruirme para poder hablar con mi hija sobre estos cambios sin derrumbarme", dijo. Este proceso le permitió reconocer cuánto se había descuidado a sí misma durante tantos años. Sin embargo, Elisabeth también expresó su determinación de seguir adelante y encontrar un nuevo equilibrio entre su papel como madre y sus propias necesidades.
La entrevista también tocó temas personales y emotivos, como su lucha por convertirse en madre. Después de enfrentar dificultades médicas y tratamientos de reproducción asistida, finalmente logró dar a luz a su hija Adriana. "Aunque el camino fue arduo, la felicidad al tener a mi hija en mis brazos no tiene comparación", afirmó con emoción. Actualmente, Elisabeth ha encontrado una nueva pasión en su trabajo en el área de Ginecología y Obstetricia, donde brinda apoyo emocional a otras mujeres que atraviesan experiencias similares. Mirando hacia el futuro, Elisabeth está decidida a centrarse en su hija y en su propio bienestar, encontrando en cada día una oportunidad para crecer y florecer.
Más allá de las adversidades, Elisabeth ha demostrado una fuerza inquebrantable y una capacidad admirable para reinventarse. Su historia es un testimonio de cómo, incluso en los momentos más difíciles, siempre hay espacio para el amor propio y la renovación personal. Con el apoyo de su madre y su dedicación a ayudar a otros, Elisabeth sigue avanzando hacia un futuro lleno de esperanza y nuevas posibilidades.