En una noticia que ha conmocionado al mundo del fútbol, el doctor Carles Miñarro, destacado profesional médico en la medicina deportiva y figura clave en el equipo médico del FC Barcelona, falleció repentinamente. Su trayectoria en el club se extendió desde 2017, donde prestó servicios valiosos tanto en el equipo de fútbol sala como en el primer equipo de fútbol. El inesperado acontecimiento ocurrió horas antes de un partido importante, dejando a jugadores y cuerpo técnico sumidos en un profundo pesar.
En una tarde otoñal melancólica, el Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc se preparaba para recibir un encuentro entre el equipo dirigido por Hansi Flick y Osasuna. Sin embargo, la tristeza invadió el ambiente cuando se anunció el fallecimiento del doctor Carles Miñarro, de 53 años y padre de dos hijos. Este médico experimentado había sido fundamental en los cuidados médicos del equipo de fútbol sala del Barça antes de incorporarse al primer equipo este verano. Su presencia era esencial durante los partidos en casa, y recientemente había ganado reconocimiento público tras atender al jugador Gavi después de un traumatismo craneoencefálico.
Miñarro también fue crucial en otros momentos cruciales, incluyendo la atención a lesiones graves de Marc Bernal y Marc-André ter Stegen. Además de su labor en el Barça, el doctor había trabajado en el CAR de Sant Cugat y en equipos como el Sant Andreu, Terrassa y Sabadell. Formado en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona y especializado en medicina deportiva, su legado perdurará en el corazón de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo.
La reacción del equipo y los aficionados no se hizo esperar. Ter Stegen expresó su dolor en redes sociales, mientras que Gavi también rindió homenaje a quien fuera su ángel guardián en el campo.
Desde una perspectiva periodística, la partida de Carles Miñarro nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar a aquellos que contribuyen silenciosamente al éxito de los demás. Su dedicación y profesionalismo serán recordados siempre, y su ausencia dejará un vacío difícil de llenar en el mundo del deporte.