Los nombres de Feliza, la más reciente obra del escritor colombiano Juan Gabriel Vázquez, presenta una narración íntima y reflexiva sobre la vida de Feliza Bursztyn. A través de su prosa detallada, Vázquez explora la compleja relación entre la artista y su país natal, Colombia. La novela se centra en los desafíos personales y políticos que enfrentó Feliza, desde su juventud en Bogotá hasta su exilio forzoso. El autor utiliza el arte y la historia para ofrecer una perspectiva única sobre las tensiones sociales y políticas de la época, mientras retrata a una mujer marcada por la rebeldía y la tristeza.
La vida de Feliza Bursztyn es un mosaico de contrastes. Hija de inmigrantes judíos polacos que llegaron a Colombia por circunstancias fortuitas, Feliza creció en un entorno burgués pero experimentó dificultades económicas durante gran parte de su vida. Su adolescencia estuvo marcada por eventos históricos significativos, como el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y el inicio de "La Violencia". Para protegerla de este clima turbulento, sus padres la enviaron a Estados Unidos, donde comenzó su formación artística y conoció al mundo del expresionismo abstracto. Sin embargo, su corazón siempre estuvo en Colombia, lo que la llevó a regresar, casarse, y eventualmente divorciarse debido a su afición por la vida bohemia.
La relación de Feliza con su comunidad fue complicada. Después de involucrarse sentimentalmente con un hombre casado no judío, provocó un escándalo que resultó en su marginación social. Sus padres, para expiar su pecado, organizaron un funeral simbólico, declarando su muerte. Este acto dejó profundas cicatrices emocionales en Feliza, quien se vio obligada a luchar contra la exclusión y la soledad. En Francia, encontró refugio junto a su amante goyim, pero también experimentó tragedias personales y profesionales. A pesar de las dificultades, eligió la chatarra como material de trabajo, una decisión ética que reflejaba tanto su rebeldía como su conexión con la realidad colombiana.
El contexto histórico en el que se desarrolla la vida de Feliza es crucial para entender su destino. Mientras Colombia transitaba de un período de paz relativa a uno de violencia y conflicto, la generación de artistas a la que pertenecía Feliza jugó un papel importante en la transformación cultural del país. Entre ellos destacaba Gabriel García Márquez, quien en 1982, en París, compartió una velada memorable con Feliza y otros amigos. Ese año, aunque aún no había recibido el Nobel, García Márquez ya era reconocido como una figura literaria de renombre mundial. Para Feliza, sin embargo, ese mismo año significó el exilio, la soledad y, finalmente, la muerte. Su partida, descrita por muchos como una muerte de tristeza, resalta la fragilidad humana y la influencia de las circunstancias políticas en la vida personal.
La narración de Vázquez no solo retrata la vida de una artista singular, sino que también ofrece una visión profunda sobre la identidad colombiana y las fuerzas que la moldean. A través de Los nombres de Feliza, el autor invita al lector a reflexionar sobre la relación entre el individuo y su contexto histórico, así como sobre la capacidad del arte para capturar y transmitir experiencias humanas complejas.