Marc Lloret, teclista y miembro fundador de la banda Mishima, falleció a los 51 años tras una batalla contra el cáncer. Su oficina de representación anunció esta noticia con profundo pesar. Lloret dejó una huella indeleble en la música catalana, especialmente en el pop, donde sus melodías al piano fueron esenciales. Además de su carrera musical, fue un destacado director artístico del Mercat de Música Viva de Vic y co-director del festival popArb en Arbúcies. Más allá de su talento artístico, Lloret era querido por su familia y amigos como una persona generosa e íntegra.

Un Pionero en la Música Catalana

Lloret fue uno de los pilares fundamentales en la creación de Mishima, un grupo que marcó época en la escena musical catalana. Fundada en 1999 junto a David Carabén y Christian Aloy, la banda se distinguió por sus composiciones innovadoras y emotivas. Durante más de dos décadas, Lloret contribuyó significativamente con diez álbumes y numerosos conciertos, convirtiéndose en una figura emblemática del pop catalán. Sus melodías al piano eran un componente crucial en muchas de las canciones que han quedado grabadas en la memoria colectiva de los amantes de la música local.

Su formación como periodista y experiencia en el mundo discográfico y editorial le permitieron no solo brillar en la música, sino también desempeñarse en diversos proyectos culturales. Como director artístico del Mercat de Música Viva de Vic durante catorce ediciones, Lloret ayudó a consolidar este evento como uno de los más importantes en el calendario musical de Cataluña. Su trabajo fue reconocido unánimemente por el sector, lo que refleja su dedicación y habilidad para promover la música viva. Además, impulsó el festival popArb de Arbúcies, donde co-dirigió durante once ediciones, fortaleciendo aún más su legado en la difusión de la música pop.

Una Persona Admirada y Querida

Más allá de su éxito profesional, Marc Lloret era profundamente valorado por quienes lo conocían personalmente. Era padre de Violeta y Guillem, esposo de Maria, hijo de Pere y Paquita, y hermano de Sergi y Gemma. La banda recordó su carácter serio pero siempre ingenioso, su generosidad y honestidad. En cada interacción, Lloret demostraba ser una persona excepcional, alguien que dejaba una impresión duradera en todos aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo.

Su presencia en la vida de muchos no puede ser medida solo por sus logros musicales o profesionales. Era un amigo leal y confiable, siempre dispuesto a ofrecer apoyo y sabiduría. El comunicado emitido por su oficina de representación resalta cómo Lloret será recordado no solo como un grandísimo artista, sino también como una persona íntegra y valiosa. Su partida deja un vacío imposible de llenar, pero su legado perdurará en cada nota que compuso y en cada relación que construyó.