En una ocasión memorable, la periodista Ilze Scamparini tuvo la oportunidad única de interactuar con quien luego se convertiría en el Papa Francisco. Durante un vuelo de regreso a Brasil tras el cónclave que eligió a Benedicto XVI, Scamparini ya había destacado al entonces cardenal argentino Mario Bergoglio como uno de los posibles favoritos para ocupar el papado. Años después, cuando Bergoglio asumió como líder espiritual de la Iglesia Católica, su encuentro con Scamparini resultaría aún más significativo. En ese vuelo, ella logró formularle una pregunta inusual sobre el llamado "lobby gay", cuya respuesta resonó en todo el mundo.
Cuando el cardenal Mario Bergoglio ascendió al papado bajo el nombre de Francisco, muchos recordaron cómo esta figura sobresalía incluso antes de ser elegida. Para Ilze Scamparini, esa experiencia cobró un valor especial. En aquel momento, durante un viaje internacional relacionado con el cónclave que eligió a Benedicto XVI, Scamparini fue invitada a participar en una entrevista colectiva. Allí, mientras el portavoz del Vaticano cerraba la sesión, Francisco observó su mano levantada y le otorgó la palabra. Esta interacción marcó un hito en su carrera profesional.
La pregunta planteada por Scamparini tocó un tema delicado y contemporáneo, generando atención global debido a la franqueza de la respuesta. La prensa internacional destacó este momento como un ejemplo de la disposición del nuevo papa a abordar temas complejos con sinceridad. Este episodio ilustra no solo la habilidad de Scamparini para capturar momentos cruciales, sino también la naturaleza inclusiva y dialogante que caracterizaría al pontificado de Francisco.
Esta anécdota refleja cómo ciertos eventos pueden transformarse en puntos de inflexión tanto para quienes los viven como para quienes los presencian. Para Ilze Scamparini, el diálogo con el futuro papa no solo consolidó su posición como periodista distinguida, sino que también dejó una huella duradera en la narrativa pública sobre el liderazgo católico moderno. Más allá de las palabras intercambiadas, este instante simboliza la importancia del periodismo responsable y comprometido en tiempos de cambio.