Culturas
El Poder de la Narrativa en el Cine: Reflexiones sobre "Soy Nevenka"
2025-02-08

En una profunda exploración del género documental, el cineasta Frederick Wiseman sostiene que la realidad se construye a través de su narración. Este principio nos lleva a reflexionar sobre la película "Soy Nevenka", dirigida por Icíar Bollaín, que narra el doloroso viaje de Neveka Fernández desde su valiente denuncia contra un alto funcionario hasta su forzada emigración debido al acoso social. La cinta, aunque no es un documental propiamente dicho, adopta un enfoque que intenta presentarse como pura objetividad. Sin embargo, esta postura genera una tensión entre la necesidad de contar una historia y el deseo de mantenerse neutral.

La Realidad Contada: El Caso de Neveka Fernández

En el corazón de León, durante un período turbulento, una mujer llamada Neveka Fernández decidió enfrentar públicamente a su agresor, quien era nada menos que el alcalde de Ponferrada. Su lucha comenzó antes de la denuncia formal y continuó incluso después de obtener una histórica sentencia judicial. A pesar de este triunfo legal, Neveka encontró que la victoria en los tribunales no significaba aceptación en su comunidad. En un entorno donde las miradas juzgaban sin piedad, ella finalmente tuvo que buscar refugio lejos de casa. La película "Soy Nevenka" busca capturar este drama personal y social, pero lo hace con un tono distante que evita tomar partido o ofrecer una visión crítica.

Desde el inicio, la trama sigue una estructura cronológica rígida, apoyada solo por un breve flashback inicial. Los espectadores son testigos de escenas que parecen extraídas directamente de un reportaje periodístico, más que de una obra cinematográfica. Esta elección estilística deja poco espacio para la introspección o la interpretación artística, lo que resulta en una experiencia visual que, aunque impactante, carece de profundidad emocional.

A lo largo del metraje, destacan las actuaciones magistrales, especialmente la de Mireia Oriol en el papel protagónico. Ella logra transmitir la angustia y fortaleza de Neveka con una intensidad que contrasta con la frialdad narrativa del guion. Sin embargo, la dirección parece retraída, preferiendo mostrar hechos sin darles forma ni intención, lo que lleva a una sensación de vacío en la construcción de la historia.

Comparada con otras obras recientes, como "Maixabel", que utilizó recursos visuales innovadores para reconstruir la realidad, "Soy Nevenka" aparece más como una crónica lineal que como una verdadera narrativa cinematográfica. Esto plantea preguntas importantes sobre el papel del director en la creación de la realidad a través de la cámara.

Finalmente, la película cumple su misión de recordar y denunciar, pero queda claro que la mera exposición de hechos no es suficiente para crear una obra verdaderamente transformadora. La realidad, según Wiseman, necesita ser contada con propósito y pasión para cobrar vida en la pantalla.

Como espectador, uno no puede evitar sentir que aquí se perdió una oportunidad de explorar más profundamente el poder de la narrativa en el cine. Si bien el tema es crucial y merece ser abordado, la falta de compromiso narrativo hace que la película quede corta en su intento de honrar la historia de Neveka Fernández. Este ejercicio nos invita a reflexionar sobre el equilibrio entre la objetividad y la creatividad en el arte de contar historias, especialmente cuando estas historias tienen el potencial de cambiar vidas.

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