La adaptación televisiva del éxito literario de Javier Castillo, "La chica de nieve", ha regresado a Netflix con una segunda temporada que promete mantener a los espectadores en vilo. Con un reparto renovado y una trama más oscura, la serie explora nuevas dimensiones de sus personajes mientras enfrenta desafíos aún más complejos. Esta entrega, titulada "El juego del alma", retoma la historia dejada en el cliffhanger de la primera temporada, introduciendo un juego macabro que pone a prueba la cordura y la vida de Miren Rojo.
La incorporación de Jaime, interpretado por Miki Esparbé, añade una nueva dimensión al equipo investigador. Este experimentado periodista llega al Diario Sur buscando redención y una oportunidad para demostrar su valía. Su relación con Miren es compleja, marcada por la tensión profesional pero también por una creciente confianza mutua. El dúo protagonista se complementa perfectamente, creando una dinámica que enriquece la narrativa.
Mientras Milena Smit continúa encarnando a Miren Rojo, su evolución como personaje es notable. Desde una joven periodista novata en la primera temporada, ahora presenta una versión más madura y reflexiva. Para prepararse, Smit realizó un trabajo terapéutico y actoral intensivo, lo que le permitió dar vida a una Miren más sólida emocionalmente. Esta madurez no impide que siga obsesionándose con cada caso, lo que agrega profundidad a su interpretación. Por otro lado, Esparbé destaca la paciencia y la capacidad de escucha de su personaje, atributos cruciales para manejar la temperamental Miren. La química entre ambos actores se refleja en la pantalla, creando momentos memorables y tensiones palpables.
La nueva temporada arranca con un misterio escalofriante: una fotografía acompañada de una inquietante pregunta marca el inicio de un juego mortal. La trama gira en torno a un colegio elitista sospechoso de estar involucrado en desapariciones y asesinatos. Miren se embarca en una investigación que pone en riesgo tanto su vida como su cordura. Los giros argumentales son impredecibles, manteniendo al público pegado a la pantalla hasta el último minuto.
Los actores coinciden en que esta temporada supera a la anterior en cuanto a intensidad y suspense. Smit describe la trama como trepidante y magnética, destacando la calidad del guion y la dirección. Asegura que los espectadores no podrán resistirse a ver todos los capítulos de una sola vez. Esparbé enfatiza los giros inesperados que sorprenderán incluso a los fans más acérrimos del género thriller. Ambos actores reconocen la presión de continuar una saga exitosa, pero subrayan que el apoyo del equipo facilitó enormemente su labor. Además, la experiencia de trabajar juntos durante meses forjó una fuerte amistad, visible en cada escena compartida. La serie no solo ofrece intriga y acción, sino también una exploración profunda de temas sensibles, como el trauma y la resiliencia personal.