En un hito para la arquitectura contemporánea, el destacado diseñador chino Liu Jiakun ha sido galardonado con el prestigioso Premio Pritzker 2025. Este reconocimiento celebra su habilidad única para crear espacios que no solo se integran armónicamente con su entorno natural y cultural, sino que también promueven una vida urbana más cohesiva. Sus creaciones son testimonio de cómo la arquitectura puede ser tanto una expresión artística como una herramienta social. El jurado destacó especialmente su enfoque innovador y respetuoso hacia la identidad local, así como su capacidad para transformar las realidades cotidianas en experiencias urbanas enriquecedoras.
En un momento crucial del desarrollo urbano global, Liu Jiakun ha emergido como una figura clave. Nacido en Chengdu y graduado en 1982 en el Instituto de Arquitectura e Ingeniería de Chongqing, este visionario ha dedicado su carrera a reinterpretar la arquitectura clásica china desde una perspectiva moderna. Su obra se caracteriza por una estrecha conexión entre el paisaje natural y la estructura construida, logrando que cada edificio sea un reflejo vivo de su contexto. Entre sus proyectos más emblemáticos se encuentran el Museo de Ladrillos de Horno Imperial de Suzhou y el Bloque C6 de Novartis en Shanghái, donde los balcones escalonados evocan la majestuosidad de antiguas torres dinásticas.
Liu es conocido por su enfoque holístico, que busca integrar todas las dimensiones de la vida urbana en lugar de segmentarlas. En su proyecto West Village en Chengdu, redefinió los espacios cívicos con un diseño innovador que combina áreas verdes, deportivas y culturales, creando un oasis dentro de la ciudad. Su compromiso con la sostenibilidad se manifiesta en detalles como el uso de flora local y silvestre, así como en la incorporación de elementos naturales en sus diseños. Esta filosofía se evidencia en la renovación del distrito Tianbao Cave en Erlang, donde la arquitectura se mimetiza con el paisaje circundante.
La culminación de su trayectoria fue perhaps su contribución al pabellón temporal de la galería Serpentine en Pekín en 2018, inspirado en principios confucionistas. Este diseño simbolizaba la búsqueda del equilibrio (Junzi), materializada en una estructura curva que combinaba elasticidad y fuerza, albergando eventos culturales durante seis meses.
Desde una perspectiva periodística, la obra de Liu Jiakun nos invita a reflexionar sobre el papel de la arquitectura en la construcción de comunidades más resilientes y sostenibles. Su enfoque demuestra que los edificios no deben ser meros contenedores de funciones, sino espacios vivos que fomentan conexiones humanas y respeto por el entorno. En un mundo cada vez más urbanizado, su visión ofrece valiosas lecciones sobre cómo diseñar ciudades que honren tanto la historia como el futuro.