El lunes 2 de junio, las autoridades de la Ciudad de México activaron una alerta amarilla debido a la previsión de intensas lluvias acompañadas de granizo. Según el reporte oficial emitido por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC), estas precipitaciones afectarían principalmente durante la tarde y noche del mencionado día. Las alcaldías fueron advertidas sobre posibles inundaciones y otros riesgos asociados, como caída de árboles o ramas. La dependencia recomendó a los ciudadanos extremar precauciones y seguir sus indicaciones para minimizar daños.
En una jornada marcada por condiciones climáticas adversas, la Ciudad de México enfrentó un pronóstico preocupante para la tarde y noche del lunes 2 de junio. De acuerdo con el anuncio oficial de la SGIRPC, las tormentas comenzarían aproximadamente a las 13:15 horas y podrían extenderse hasta entrada la medianoche del día siguiente. Durante este período, se esperaba que las lluvias alcanzaran entre 15 y 29 milímetros, lo cual aumentaba significativamente el riesgo de encharcamientos y corrientes peligrosas en calles y avenidas.
Además, las autoridades advirtieron sobre la posibilidad de granizo, lo que incrementaba la necesidad de medidas preventivas. En respuesta, se activó la alerta amarilla en todas las alcaldías, destacando la importancia de mantener informados a los habitantes mediante redes sociales oficiales. Se sugirió limpiar coladeras, evitar cruzar áreas con corrientes de agua y utilizar paraguas o impermeables si era necesario salir.
En otras regiones cercanas, como Ecatepec, Estado de México, ya se habían registrado imágenes de severas inundaciones tras una tormenta anterior, reforzando la urgencia de prepararse ante escenarios similares en la capital.
Desde una perspectiva informativa, esta situación subraya la importancia de estar bien informados y actuar con anticipación frente a fenómenos naturales impredecibles. La coordinación entre gobierno y ciudadanía es crucial para mitigar consecuencias negativas.
Como periodista, este caso resalta la necesidad de contar con sistemas eficientes de comunicación y prevención. Asimismo, refleja cómo la colaboración comunitaria puede fortalecer nuestra capacidad de respuesta ante desastres naturales. Este evento sirve como recordatorio de la vulnerabilidad de nuestras ciudades ante cambios climáticos cada vez más extremos, invitándonos a reflexionar sobre acciones sostenibles para el futuro.