El domingo 12 de enero marcó el inicio de una nueva edición del programa culinario Bake Off: Famosos al Horno, presentado por Paula Vázquez. Este año, un grupo de celebridades se enfrenta a los desafíos de la repostería bajo la atenta mirada de un exigente jurado. La noche estuvo llena de emociones, desde la creatividad desbordante hasta el primer adiós. El formato incluye tres fases en cada emisión: una prueba de autor, una técnica y una de fantasía, donde los participantes muestran su habilidad y originalidad.
En una tarde soleada de principios de enero, Televisión Española abrió las puertas de su icónica carpa para recibir a catorce rostros conocidos listos para demostrar sus dotes en la repostería. Entre ellos destacaban figuras como Isabel Gemio, Pol Espargaró, Yurena, y Lidia Torrent. Los jueces, encabezados por Paco Roncero, Eva Arguiñano y Damián Betular, no tardaron en poner a prueba a los concursantes con dos retos iniciales: unas galletas inspiradas en mascotas y una tarta de queso con un toque innovador.
La velada tuvo su primera sorpresa cuando Cósima Ramírez, hija de Ágatha Ruiz de la Prada, se convirtió en la primera expulsada tras un duelo ajustado con Finito de Córdoba. Su salida dejó un sabor amargo entre los compañeros, especialmente a Isabel Gemio. Por otro lado, Lidia Torrent brilló con luz propia y se llevó el preciado delantal de pastelero, consolidándose como una de las favoritas desde el principio.
El programa promete mantener este nivel de intensidad y emoción en cada gala, con nuevas pruebas que pondrán a prueba la creatividad y destreza de los participantes.
Desde el punto de vista de un espectador, esta nueva temporada de Bake Off: Famosos al Horno nos recuerda que detrás de cada famoso hay una persona dispuesta a aprender y superarse en un ámbito completamente nuevo. Además, nos invita a reflexionar sobre cómo la repostería puede ser un espacio de crecimiento personal y de conexión con los demás, demostrando que todos podemos encontrar nuestra vocación en los lugares más inesperados.