En la reciente carrera del Gran Premio de Emilia Romagna, el equipo Aston Martin experimentó un cambio significativo gracias a las mejoras introducidas en su monoplaza. Aunque no lograron sumar puntos debido a una serie de factores estratégicos y externos, Fernando Alonso y Lance Stroll mostraron competitividad antes de verse afectados por el coche de seguridad virtual.
El equipo está trabajando arduamente para optimizar el rendimiento del vehículo en diferentes tipos de circuitos y analizando estrategias que puedan maximizar sus oportunidades futuras. Además, planean continuar con las actualizaciones aerodinámicas en próximas competencias, como Mónaco y Barcelona.
A pesar de no obtener puntos en Ímola, los avances en el diseño del AMR25 fueron evidentes. Las nuevas partes, incluyendo el suelo, tapa del motor y difusor, han contribuido a un incremento notable en la velocidad del coche. El equipo pudo comparar datos entre especificaciones antiguas y nuevas durante las sesiones de viernes, lo que confirma que las mejoras son efectivas en diversas curvas.
Las modificaciones técnicas introducidas en Ímola permitieron al equipo evaluar el desempeño del vehículo bajo condiciones idénticas. Según Andy Cowell, el análisis realizado después de esta carrera proporcionará información crucial para futuros desarrollos. Aunque el coche de seguridad virtual frustró sus estrategias en ambos autos, la capacidad del monoplaza fue clara hasta ese momento. Fernando Alonso y Lance Stroll estaban luchando activamente por posiciones puntuables antes de este contratiempo.
Mientras se enfocan en optimizar el rendimiento del AMR25, el equipo también tiene la vista puesta en el futuro con el desarrollo del AMR26. Actualizaciones específicas para circuitos como Mónaco y Barcelona están en marcha, asegurando que cada pista sea abordada con soluciones adecuadas.
La decisión de priorizar ciertas áreas del coche sobre otras dependerá de si estas tecnologías pueden ser aplicadas al modelo del próximo año. Cowell reconoce que es fundamental mantenerse competitivos en el presente sin sacrificar el futuro. Además, destaca la importancia de aprender de cada experiencia, revisando estrategias pasadas sin caer en la tentación de optimizar decisiones desde una perspectiva retrospectiva. Este enfoque equilibrado garantiza que tanto el presente como el futuro del equipo sean tratados con la debida atención.