Un trágico incidente durante el festival Axe Ceremonia en la Ciudad de México ha generado un escrutinio profundo sobre las medidas de seguridad implementadas por los organizadores. El colapso de una estructura metálica decorativa provocó la muerte de dos fotógrafos, Berenice Giles y Miguel Ángel Rojas, trabajadores del medio Mr. Indie. Según Mauricio Tabe, alcalde de Miguel Hidalgo, esta estructura no formaba parte del programa de Protección Civil aprobado para el evento, lo que implica graves irregularidades en su instalación y supervisión.
El accidente ocurrió el sábado 5 de abril en el Parque Bicentenario, justo cuando una estructura tipo tijera sosteniendo un adorno con forma de oso naranja se desplomó. Antes del inicio del evento, el viernes 4 de abril, elementos de Protección Civil realizaron un recorrido previo para verificar que todo estuviera conforme al plan autorizado. Sin embargo, durante este recorrido, dicha estructura no fue identificada ni reportada, evidenciando una omisión significativa por parte de los organizadores.
Las investigaciones iniciales indican que los responsables del festival introdujeron nuevas estructuras sin notificar a las autoridades correspondientes, violando así el programa de Protección Civil establecido. Esta alteración pone en entredicho la diligencia y responsabilidad de quienes organizaron el evento. El alcalde Tabe destacó que la alcaldía delegó la responsabilidad del cumplimiento del programa a los organizadores tras su aprobación oficial, subrayando que cualquier cambio posterior debió ser reportado.
Tras el accidente, las autoridades intervinieron rápidamente. Aproximadamente quince minutos después de recibir el reporte, personal de Protección Civil llegó al lugar junto con representantes legales de la alcaldía. La verificación administrativa culminó a las 23:50 horas, momento en el cual se ordenó la suspensión del festival. Para evitar caos entre los asistentes, se optó por un desalojo gradual, completándose a la 1:15 de la madrugada del domingo.
En respuesta a estos hechos, el alcalde exigió una investigación exhaustiva por parte de la Fiscalía de la Ciudad de México para determinar quiénes autorizaron e instruyeron los cambios al programa original. Asimismo, hizo un llamado a los promotores de eventos masivos para que respeten rigurosamente los planes de seguridad una vez aprobados.
La comunidad sigue afectada por este trágico suceso. En memoria de las víctimas, personas han dejado veladoras en el sitio donde ocurrió el accidente. Por otro lado, Diego Jiménez Labora, fundador de la empresa encargada del festival, cerró sus redes sociales y aún no ha emitido declaraciones públicas sobre el tema.
Este caso refleja la importancia crucial de garantizar que todos los aspectos relacionados con la seguridad sean cuidadosamente revisados y aprobados antes de cualquier evento masivo. Las consecuencias del descuido en este ámbito pueden tener repercusiones devastadoras, como quedó demostrado en este lamentable incidente.