En un giro inesperado de los acontecimientos, el alcalde de Zahara de los Atunes, Agustín Conejo, ha sido detenido tras oponerse frontalmente al montaje de una plaza de toros portátil. Este acto provocó tensiones significativas entre las autoridades locales y la organización del evento taurino, que está programado para rendir homenaje al legendario Francisco Rivera ‘Paquirri’. En este contexto, surge también la cuestión sobre los permisos necesarios para llevar a cabo dicha actividad.
El festival planeado para el próximo Sábado de Gloria se presenta como un momento clave para Cayetano Rivera Ordóñez, quien aprovechará esta oportunidad para despedirse oficialmente de los ruedos. Este evento conmemorativo tiene un profundo significado familiar, ya que marca tanto su debut como su conclusión en la misma localidad.
Agustín Conejo, representante del grupo político Gente de Zahara, enfrentó directamente a las fuerzas encargadas de la construcción de la plaza de toros portátil. Su postura fue respaldada por argumentos legales relacionados con la falta de documentación adecuada. Esta acción resultó en su arresto por parte de la Policía Local de Barbate.
La situación refleja un conflicto más amplio entre quienes defienden la tradición taurina y aquellos que abogan por restricciones basadas en normativas locales. Desde su perspectiva, el alcalde sostiene que cualquier actividad debe ajustarse estrictamente a las leyes vigentes. Este enfrentamiento pone en evidencia no solo diferencias políticas, sino también debates culturales sobre el papel de las corridas de toros en comunidades pequeñas.
El festival en cuestión celebra la figura icónica de Francisco Rivera ‘Paquirri’ y sirve como plataforma para la despedida de Cayetano Rivera Ordóñez. Este evento especial conecta generaciones dentro de una familia ligada profundamente a la tauromaquia, marcando un ciclo que comenzó hace más de dos décadas.
Este festejo tiene lugar en una plaza simbólica donde Cayetano realizó su primera aparición pública. Ahora, acompañado por su primo José Antonio Canales Rivera y el novillero local Adrián Guillén, busca cerrar su carrera profesional de manera digna. La relevancia histórica del escenario añade peso emocional al evento, transformándolo en un tributo a la memoria familiar y a las raíces de Zahara de los Atunes. Sin embargo, la polémica generada por la intervención del alcalde plantea incógnitas sobre cómo continuará este capítulo tan esperado por los aficionados.