En un evento inusual, el claustro de doctores de la prestigiosa Universidad de Salamanca ha aprobado otorgar el doctorado honoris causa al exjugador de tenis Rafael Nadal. Esta decisión no estuvo exenta de debate, ya que aproximadamente un tercio de los votantes se opuso a esta condecoración. Mientras tanto, en una votación casi unánime, también se decidió conceder este mismo reconocimiento a la científica francesa Emmanuelle Charpentier por sus contribuciones significativas en el campo de la genética.
La propuesta para honrar a Nadal fue impulsada por su destacada trayectoria profesional y su capacidad para inspirar a personas en todo el mundo. Sin embargo, algunos miembros del claustro argumentaron que este tipo de distinción generalmente se reserva para aquellos con logros académicos o culturales sobresalientes, lo que generó ciertas dudas sobre la pertinencia del galardón para el deportista. Ricardo Canal, decano de la Facultad de Educación, defendió la candidatura de Nadal enfatizando los valores que él representa, como la disciplina, la humildad y la perseverancia.
Por otro lado, el reconocimiento a Charpentier fue recibido con amplio apoyo debido a sus avances pioneros en la edición genética, específicamente en la técnica CRISPR-Cas9. Alberto Martín Pendás, quien respaldó su nominación, resaltó cómo estos hallazgos han revolucionado la investigación médica y biológica, proporcionando herramientas fundamentales para combatir enfermedades como el cáncer.
A pesar de las opiniones divididas, la decisión final refleja un equilibrio entre el reconocimiento de logros excepcionales en diferentes campos. Este acto simboliza tanto el valor de los triunfos deportivos como la importancia de las contribuciones científicas en la sociedad actual. La universidad ha demostrado su disposición para celebrar diversos tipos de excelencia, reconociendo así tanto el impacto global de Nadal como el progreso científico liderado por Charpentier.